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Cartas a Jóvenes Enamorados
ciones opuestas. No podemos ser felices juntos, porque si yo sigo
adelante para adquirir un conocimiento más perfecto de la voluntad
de Dios, llegaré a ser más diferente del mundo y semejante a Cristo.
Si usted continúa no viendo hermosura en Cristo, ni atractivos en
la verdad, amará al mundo, al cual yo no puedo amar, mientras yo
amaré las cosas de Dios que usted no puede amar...
Usted no será feliz; sentirá celos por el afecto que entrego a Dios;
y yo igualmente me sentiré aislada por mis creencias religiosas.
Cuando sus opiniones cambien, cuando su corazón responda a las
exigencias de Dios y usted aprenda a amar a mi Salvador, entonces
podremos renovar nuestras relaciones”.
El creyente hace así por Cristo un sacrificio que su conciencia
aprueba, y que demuestra que aprecia demasiado la vida eterna
para correr el riesgo de perderla. Siente que sería mejor permanecer
soltero que ligar sus intereses para toda la vida a una persona que
prefiere el mundo a Cristo...
¿Podrá aquel que busca gloria, honra, inmortalidad y vida eterna,
unirse con otra persona que rehusa alistarse con los soldados de
la cruz de Cristo? Vosotros, los que profesáis elegir a Cristo como
vuestro maestro y obedecerle en todas las cosas, ¿habréis de unir
vuestros intereses con personas regidas por el príncipe de las po-
testades de las tinieblas? “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de
concierto?
Amós 3:3
...
Centenares de personas han sacrificado a Cristo y el cielo al
casarse con personas inconversas. ¿Pueden conceder tan poco valor
al amor y a la comunión de Cristo que prefieren la compañía de
pobres mortales
[82]
La carta dirigida a Rosa, trata del problema quizás
más peligroso para una joven—el casarse con un incré-
dulo. Este asunto es ciertamente uno de los obstáculos
más serios para un matrimonio cristiano feliz.
El punto que Elena de White considera con Rosa,
lo debiera tomar seriamente en cuenta cada señorita—
no escuchar promesas. La cuestión del compromiso
espiritual se establece mejor
antes
del matrimonio,
no