Página 181 - Consejos para los Maestros (1971)

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Valor de las materias comunes
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presentación apropiada de la verdad del Señor es digna de nuestro
más alto esfuerzo. Los estudiantes que se están preparando para
trabajar en la causa de Dios, quedarán privados de la mitad de su
influencia para bien a menos que aprendan a hablar en forma clara y
directa. Cualquiera que sea su vocación, el alumno debe aprender
a controlar la voz. La capacidad de hablar clara y distintamente,
en tonos plenos y nítidos, es inestimable en cualquier ramo de la
obra, y es indispensable para los que desean llegar a ser ministros,
evangelistas, obreros bíblicos o colportores. Cuando la elocución,
la lectura, la escritura y la ortografía ocupen su lugar legítimo en
nuestras escuelas, se verá un gran progreso. Estas materias han
sido descuidadas porque los maestros no han reconocido su valor.
Pero son más importantes que el latín y el griego. No digo que sea
malo estudiar el latín y el griego, pero sí, que es malo descuidar
las materias que constituyen el fundamento de la educación para
recargar la mente con el estudio de esas materias superiores.
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Es asunto de gran importancia que los alumnos obtengan una
educación que los haga idóneos para tener éxito en la vida comercial.
Pero no debemos quedar satisfechos con la educación unilateral que
se da en muchas escuelas. Deben dominarse cabalmente las materias
comunes, y debe considerarse el conocimiento de la teneduría de
libros tan importante como el conocimiento de la gramática. Todos
los que esperan dedicarse a la obra del Señor deben aprender a llevar
cuentas. En el mundo hay muchos que han fracasado en los negocios
y, aunque son fieles en el corazón son considerados como faltos de
honradez, debido a que no tuvieron éxito porque no sabían llevar
cuentas.
Deletrear correctamente, escribir en forma clara y llevar cuen-
tas, son conocimientos necesarios. La teneduría de libros ha sido
abandonada en muchas escuelas, pero debe ser considerada como
estudio de importancia primordial. Una preparación cabal en estos
estudios habilitará a los alumnos para ocupar puestos de confianza.
Quiero decir a todo estudiante: Nunca os quedéis satisfechos con
una norma inferior. Al asistir a la escuela, cuidad de tener en vista
un objeto noble y santo. Id porque deseáis prepararos para servir en
alguna parte de la viña del Señor. Haced cuanto podáis para alcanzar
este objeto. Podéis hacer más por vosotros mismos de lo que lograría