Página 186 - Consejos para los Maestros (1971)

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Consejos para los Maestros
rodea. No podéis discernir cuán insidiosamente obrará el enemigo
para corromper vuestra mente y vuestros hábitos, y desarrollar en
vosotros principios incorrectos.
Tal vez no veáis peligro real en dar el primer paso hacia la
frivolidad y la búsqueda de placeres, y penséis que cuando deseéis
cambiar vuestra conducta podréis hacer el bien tan fácilmente como
antes de entregaros a hacer el mal. Pero esto es un error. Por la
elección de malos compañeros, muchos han sido desviados paso a
paso de la senda de la virtud a profundidades de desobediencia y
disipación a las cuales consideraban una vez que les era imposible
descender.
El alumno que cede a la tentación debilita su influencia para el
bien, y el que por una conducta equivocada llegue a ser agente del
adversario de las almas, deberá rendir a Dios cuenta de la parte que
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haya desempeñado en poner piedras de tropiezo en el camino ajeno.
¿Por qué habrían de vincularse los alumnos con el gran apóstata?
¿Por qué llegarían a ser sus agentes para tentar a otros? ¿Por qué no
estudiarían más bien, para ayudar y alentar a sus condiscípulos y
sus maestros? Tienen el privilegio de ayudar a sus maestros a llevar
las cargas y arrostrar las perplejidades que Satanás quisiera hacer
desalentadoramente pesadas y penosas. Pueden crear una atmósfera
de utilidad y alegría. Todo alumno puede tener la satisfacción de
saber que ha estado de parte de Cristo, manifestando respeto por el
orden, la diligencia y la obediencia, y negándose a poner una jota
de su habilidad o influencia en favor del gran enemigo de todo lo
bueno y elevador.
El alumno que tiene concienzuda consideración por la verdad
y un verdadero concepto del deber, puede hacer mucho para influir
en sus condiscípulos en favor de Cristo. Los jóvenes que están
enyugados con el Salvador no serán indisciplinados; no buscarán
su propio placer egoísta y su satisfacción. Debido a que son uno en
espíritu con Cristo, serán uno con Cristo en acción. Los alumnos
mayores de nuestras escuelas deben recordar que está en su poder
amoldar los hábitos y prácticas de los estudiantes menores; y deben
procurar sacar el mejor partido de toda oportunidad. Resuelvan no
entregar por su influencia a sus compañeros en manos del enemigo.
Jesús será el auxiliador de todos los que ponen su confianza en
él. Los que están relacionados con Cristo tienen la felicidad a su