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Consejos para los Maestros
a Jesús allí, ni influencia alguna que los predisponga para el cielo
y aumente su crecimiento en la gracia. La obediencia a la Palabra
de Dios, los inducirá a abandonar todas estas cosas y a separarse de
ellas.
“Por sus frutos los conoceréis” (
Mateo 7:20
), declaró el Salvador.
Todos los que sigan verdaderamente a Cristo llevarán frutos para
su gloria. Su vida testifica que el Espíritu de Dios ha realizado
una buena obra en ellos, y dan fruto para la santidad. Su vida es
elevada y pura. Las acciones correctas son el fruto inequívoco de la
verdadera piedad y los que no llevan fruto de esta clase revelan que
no tienen experiencia en las cosas de Dios. No son uno con la Vid.
Dijo Jesús: “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano
no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así
tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros
los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho
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fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”.
Juan 15:4, 5
.
Los que quieren adorar al verdadero Dios deben sacrificar todo
ídolo. Jesús dijo al doctor de la ley: “Amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es
el primero y grande mandamiento”.
Mateo 22:37, 38
. Los primeros
cuatro preceptos del Decálogo no permiten que separemos de Dios
nuestros afectos. Ninguna cosa debe compartir nuestro supremo de-
leite en él. No podremos avanzar en la experiencia cristiana mientras
no pongamos a un lado todo lo que nos separa de Dios.
La gran Cabeza de la iglesia, que ha elegido a su pueblo entre
los del mundo, requiere de él que se separe del mundo. Quiere que
el espíritu de sus mandamientos, atrayendo a sus seguidores a sí,
los separe de los elementos mundanales. El amar a Dios y guardar
sus mandamientos es algo que dista mucho de amar los placeres del
mundo y su amistad. No hay concordia entre Cristo y Belial.
Promesas a los jóvenes
A los jóvenes que siguen a Cristo les espera una guerra; tienen
que llevar diariamente la cruz al salir del mundo e imitar la vida de
Cristo. Pero hay registradas muchas promesas preciosas para los que
buscan temprano al Salvador. La Sabiduría invita a los hijos de los