Página 274 - Consejos para los Maestros (1971)

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Capítulo 46—La recreación cristiana
Mientras estamos procurando refrescar nuestro ánimo y vigori-
zar nuestro cuerpo, Dios requiere de nosotros que empleemos todas
nuestras facultades en todo momento con el mejor propósito. Po-
demos y debemos dirigir nuestras recreaciones de tal manera que
nos dejen en mejores condiciones para desempeñar con éxito los
deberes que nos incumben, y que se acreciente el beneficio de nues-
tra influencia sobre aquellos con quienes tratamos. Podemos volver
de esas ocasiones a nuestros hogares con mejor ánimo, refrigerados
físicamente, y preparados para reanudar nuestro trabajo con más
esperanza y valor.
Pertenecemos a la clase de los que creen que es su privilegio
glorificar a Dios en la tierra cada día de su vida; que no viven
en este mundo solamente para divertirse y agradarse a sí mismos.
Estamos aquí para beneficiar a la humanidad y a la sociedad; pero si
permitimos que nuestra mente vaya por el cauce bajo de la de muchos
que buscan solamente la vanidad y la insensatez, ¿cómo podremos
beneficiar a nuestra especie y a nuestra generación? ¿cómo podremos
ser una bendición para la sociedad que nos rodea? No podemos
participar inocentemente en cualquier diversión que nos incapacitará
para el desempeño más fiel de nuestros deberes comunes.
Entre las compañías frecuentadas por los seguidores de Cristo
para obtener recreación cristiana, y las reuniones mundanas para
obtener placer y diversión, existirá un notable contraste. En vez de
la oración y mención del nombre de Cristo y de las cosas sagradas,
se oirá de los labios de los mundanos, la risa insensata y la conversa-
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ción trivial. El objeto es divertirse en forma general. Sus diversiones
comienzan con insensatez y terminan con vanidad. Debemos con-
ducirnos y dirigir nuestras reuniones de tal manera, que al volver
a nuestros hogares podamos tener una conciencia libre de ofensa
hacia Dios y los hombres; una seguridad de que no hemos herido ni
perjudicado en nada a aquellos con quienes hemos estado asociados,
ni hemos ejercido una influencia perjudicial sobre ellos.
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