Página 454 - Consejos para los Maestros (1971)

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Consejos para los Maestros
bendiciones, Aquel en quien se concentra nuestra esperanza de vida
eterna.
Estudiantes, haced que vuestra vida escolar sea tan perfecta
como fuere posible. Pasaréis por este camino una sola vez, y son
preciosas las oportunidades a vosotros concedidas. No sólo habréis
de aprender a practicar las lecciones de Cristo. Mientras os educáis,
tenéis oportunidad de hablar de las maravillosas verdades de la
Palabra de Dios. Aprovechad toda oportunidad. Dios bendecirá cada
minuto pasado de esta manera. Conservad vuestra sencillez y vuestro
amor por las almas, y el Señor os conducirá por su senda segura. La
rica experiencia que adquiráis será de más valor para vosotros que
el oro, la plata o las piedras preciosas.
No sabéis a qué puesto podréis ser llamados en lo futuro. Dios
puede usaros como empleó a Daniel, para comunicar el conocimiento
de la verdad a los poderosos de la tierra. Os incumbe decir si tendréis
la habilidad y el conocimiento necesarios para hacer esta obra. Dios
puede daros habilidad en todo vuestro saber. Puede ayudaros para
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que os adaptéis a los ramos de estudio que emprendáis. Haced
que vuestro primer interés consista en adquirir principios correctos,
nobles y elevadores. Dios desea que testifiquéis por él. No quiere
que permanezcáis inmóviles; quiere que corráis en el camino de sus
mandamientos.
Cristo desea emplear a todo estudiante como su agente. Habéis
de cooperar con Aquel que dio su vida por vosotros. ¡Qué ricas
bendiciones recibirían nuestras escuelas si los maestros y estudiantes
se consagrasen de corazón, mente, alma y fuerza al servicio de Dios,
como su mano auxiliadora! ¡Su mano auxiliadora! Esto es lo que
podéis ser si os entregáis a su custodia. El os conducirá con seguridad
y os capacitará para que hagáis sendas rectas para vosotros mismos
y para los demás. Os dará conocimiento, sabiduría e idoneidad para
un servicio más completo.
* * * * *
Con semejante ejército de obreros, como el que nuestros jóve-
nes, bien preparados, podrían proveer, ¡cuán pronto se proclamaría
a todo el mundo el mensaje de un Salvador crucificado, resucitado y
próximo a venir! ¡Cuán pronto vendría el fin—el fin del sufrimien-