Página 239 - Consejos sobre Mayordom

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Capítulo 49—Cuando se arroja oprobio sobre la
causa de Dios
La religión que Ud. profesa le impone el deber de emplear su
tiempo tanto durante los seis días de trabajo, como asistir a la iglesia
el sábado. Ud. no es diligente en los negocios. Ud. deja pasar las
horas, los días y aun las semanas sin hacer nada. El mejor sermón
que Ud. podría predicar al mundo sería mostrar una decidida reforma
en su vida, y proveer para su familia. Dice el apóstol: “Si alguno no
tiene cuidado de los suyos, y mayormente de los de su casa, la fe
negó, y es peor que un infiel”.
1 Timoteo 5:8
.
Ud. ocasiona oprobio a la causa domiciliándose en un lugar
donde permanece en la indolencia por un tiempo, y luego se ve
obligado a endeudarse a fin de proveer para su familia. Ud. no
es siempre escrupuloso en pagar esas deudas, sino que en vez de
hacerlo se traslada a otro lugar. Esto es defraudar a su prójimo. El
mundo tiene derecho a esperar estricta integridad de aquellos que
profesan ser cristianos de acuerdo con la Biblia. Por la indiferencia
de un hombre en cuanto a pagar sus justas deudas, todos nuestros
hermanos están en peligro de ser considerados como deshonestos.
“Y como queréis que os hagan los hombres, así hacedles también
vosotros”.
Lucas 6:31
. Esto se refiere a los que trabajan con sus
manos tanto como a aquellos que tienen dones que conceder. Dios
le ha dado fuerza y habilidad, pero Ud. no las ha usado. Su fuerza
es suficiente para proveer abundantemente a las necesidades de su
familia. Levántese por la mañana, aun mientras las estrellas brillan,
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si es necesario. Propóngase hacer algo, y luego hágalo. Redima toda
promesa, a menos que la enfermedad le postre. Mejor es negarse el
alimento y el sueño que ser culpable de defraudar a otros de lo que
se les debe con justicia.—
Joyas de los Testimonios 2:46, 47
.
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