Tabla de Contenidos

Información sobre este libro 5
Prefacio 8
Sección 1—La ley celestial de liberalidad y su propósito 21
- Capítulo 1—Colaboradores con Dios 22
- Capítulo 2—Nuestro generoso benefactor 26
- Capítulo 3—¿Por qué Dios emplea a los hombres como los encargados de distribuir sus recursos? 29
- Capítulo 4—Principios conflictivos de Cristo y Satanás 33
- Capítulo 5—Donde Cristo mora hay liberalidad 36
- - Cuando se entroniza a Cristo en el corazón 36
  - La victoria sobre la codicia y la avaricia 37
- Capítulo 6—La predicación de sermones prácticos 38
Sección 2—La obra de Dios y su sostén 43
- Capítulo 7—Hay que sostener la obra de Dios 44
- Capítulo 8—Una sincera vinculación con la iglesia 50
- Capítulo 9—La voz de la consagración 54
- Capítulo 10—Llamamiento a una mayor diligencia 58
- Capítulo 11—La venta de casas y propiedades 64
Sección 3—Lo que Dios se reserva: el diezmo 69
- Capítulo 12—Una prueba de lealtad 70
- - El tiempo y los recursos que Dios se reserva 71
  - Hay que diezmar las posesiones tanto como las entradas 71
  - Para cada dispensación 71
  - Concedido como una gran bendición 72
  - Las nueve décimas valen más que las diez décimas 72
  - Ha habido un cambio marcado desde los días de los Judíos 73
- Capítulo 13—Fundado sobre principios eternos 74
- - Pablo reconoció la validez del sistema 74
  - El derecho de Dios sobre nosotros 75
- Capítulo 14—Un plan hermoso y sencillo 78
- - Tanto para los ricos como para los pobres 78
  - Comprometidos por el pacto 79
  - No es una ley rigurosa 80
  - No es una carga, salvo para los desobedientes 80
  - Una porción escasa 80
- Capítulo 15—Una cuestión de honradez 81
- - Pérdida de la paz de la conciencia por incumplimiento 81
  - No es mejor que un sacrilegio 82
- Capítulo 16—Regularidad y sistema 84
- - Primero el diezmo y luego las ofrendas 84
  - Primero hay que satisfacer los derechos de Dios 85
- Capítulo 17—El mensaje de Malaquías 86
- - Un atrevido repudio 87
  - Robando a Dios 87
  - Un asunto serio 89
  - Cada peso es imputado 90
  - ¿Por qué algunos pierden la bendición? 90
  - Se ha llevado oscuridad a las iglesias 90
  - Se toma nota de toda retención egoísta 91
  - El mayordomo infiel experimentará una gran pérdida 91
- Capítulo 18—Probemos al señor 92
- - No se corre ningún riesgo 92
  - Una causa de adversidad 93
  - Los mandatos de Dios van acompañados de promesas 93
- Capítulo 19—Apoderándose de los fondos que Dios se reserva 95
- - La verdadera razón de la retención 96
  - Diezmos retenidos por falta de confianza 96
  - El primer deber hacia Dios 96
- Capítulo 20—La respuesta de una conciencia estimulada 98
- - Los diezmos atrasados son propiedad de Dios 99
  - Los descuidados y los indiferentes en el cumplimiento de su deber 99
  - Pagando por medio de un pagaré 99
  - Palideciendo ante el diezmo retenido 100
  - Frente al nuevo año 100
  - Restitución hecha con constricción 101
  - La fidelidad de Jacob 101
  - La oración no es un sustituto del diezmo 102
  - Antes que sea demasiado tarde 102
- Capítulo 21—El empleo del diezmo 103
- - Hay que sostener otros ramos de la obra, pero no con el diezmo 104
  - Incluye a los profesores de Biblia 104
  - No es un fondo para pobres 105
  - No es para gastos de iglesia 105
- Capítulo 22—Educación impartida por los ministros y dirigentes de la iglesia 106
- - Instrucción a los nuevos conversos 106
  - El deber del pastor 107
  - La responsabilidad de los dirigentes de la iglesia 108
  - Enséñese a los pobres a ser liberales 108
  - Para un estudio adicional 109
Sección 4—A cada hombre según sus aptitudes 113
- Capítulo 23—Los principios de la mayordomía 114
- Capítulo 24—Nuestros talentos 117
- Capítulo 25—Responsabilidades del que tiene un talento 121
- Capítulo 26—Robando a Dios el servicio legítimo 125
- - El gran pecado de los cristianos profesos 126
  - El pecado del descuido 126
- Capítulo 27—Frente al día del juicio 128
Sección 5—Mayordomos de la riqueza 133
- Capítulo 28—La riqueza es un talento confiado 134
- Capítulo 29—Métodos para adquirir riquezas 141
- Capítulo 30—El peligro de la prosperidad 146
- Capítulo 31—Trampas de Satanás 153
- - Peor que una pérdida terrenal 154
  - Una experiencia religiosa enana 154
- Capítulo 32—El mal uso de la riqueza 156
- - Transformados por el amor 156
  - Hay que apreciar los bienes materiales pero no amontonarlos 157
- Capítulo 33—La simpatía por los pobres 159
Sección 6—En la pobreza abunda la liberalidad 167
- Capítulo 34—Elogio de la liberalidad 168
- Capítulo 35—De gran valor ante la vista de Dios 173
Sección 7—La riqueza de los gentiles 177
- Capítulo 36—Favores que deben recibirse e impartirse 178
- - El ejemplo de Nehemías 179
  - Recibiendo donativos de afuera 179
- Capítulo 37—Dios prepara el camino 181
- Capítulo 38—La obra de la recolección 184
- - El fruto de este doble esfuerzo 185
  - Para un estudio adicional 186
Sección 8—Los verdaderos motivos de la dadivosidad aceptable 187
- Capítulo 39—El motivo verdadero en todo servicio 188
- Capítulo 40—Ofrendas voluntarias 191
- Capítulo 41—Métodos populares de incentivo 194
Sección 9—La búsqueda de tesoros terrenales 201
- Capítulo 42—El peligro de la codicia 202
- Capítulo 43—Procurando servir a Dios y a Mammón 209
- Capítulo 44—Profesantes vanos 214
Sección 10—El atractivo de la especulación 221
- Capítulo 45—La búsqueda de las riquezas 222
- Capítulo 46—La tentación a especular 227
- Capítulo 47—Inversiones imprudentes 232
- - Para un estudio adicional 234
Sección 11—La tiranía de la deuda 235
- Capítulo 48—Viviendo en armonía con las entradas 236
- Capítulo 49—Cuando se arroja oprobio sobre la causa de Dios 239
- Capítulo 50—Exhortación a orar o a cambiar de trabajo 242
- Capítulo 51—Liquidando las deudas de construcción de las iglesias 245
- Capítulo 52—Hay que evitar las deudas en las instituciones 251
- Capítulo 53—Cuando se falla en calcular el costo 258
- Capítulo 54—Avanzando por fe 262
- Capítulo 55—Palabras de un consejero divino 265
Sección 12—Ahorrando para dar 269
- Capítulo 56—Dejado al honor de los hombres 270
- Capítulo 57—Palabras para la juventud 274
- Capítulo 58—Una exhortación a la economía 279
Sección 13—Los votos y las promesas son sagrados 287
- Capítulo 59—Las promesas a Dios comprometen 288
- Capítulo 60—El pecado de Ananías 291
- Capítulo 61—Un contrato con Dios 294
Sección 14—Testamentos y legados 299
- Capítulo 62—La preparación para la muerte 300
- Capítulo 63—La mayordomía es una responsabilidad personal 306
- - Las riquezas heredadas con frecuencia son una trampa 307
  - La transferencia de bienes a los hijos 307
- Capítulo 64—Desplazando la responsabilidad sobre otros 309
- - Para un estudio adicional 311
Sección 15—La recompensa de la mayordomía fiel 313
- Capítulo 65—La recompensa como motivación en el servicio 314
- - Como un don y no como un derecho 315
- Capítulo 66—El tesoro en el cielo 317
- Capítulo 67—Bendiciones temporales para los generosos 320
- Capítulo 68—Compartiendo los gozos de los redimidos 323

Tabla de Contenidos - Consejos sobre Mayordomía Cristiana (1970)

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