Página 205 - Consejos sobre Mayordom

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El peligro de la codicia
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del mundo encadenarlos y paralizar sus facultades morales, cosa que
ha conseguido con mucho éxito.
Está en juego el destino futuro
¿Cómo podrían las casas y los terrenos compararse en valor con
las almas preciosas por las que Cristo murió? Por vuestro intermedio,
estimados hermanos y hermanas, esas almas podrían salvarse con
vosotros en el reino de gloria; pero no podéis llevar con vosotros
la parte más pequeña de vuestro tesoro terrenal. Podéis acumular
todo lo que deseáis, podéis conservarlo con todo el celoso cuidado
de que seáis capaces, y a pesar de esto Dios puede dar la orden y en
unas pocas horas un fuego que nadie podría apagar puede destruir
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lo que se ha acumulado durante toda la vida y convertirlo en un
montón de ruinas humeantes. Podéis dedicar todos vuestros talentos
y energías a la tarea de acumular tesoros en la tierra; ¿pero de qué
os servirá todo esto cuando se acabe vuestra vida o cuando Jesús
venga? Todo lo que habéis sido exaltado aquí en detrimento de la
vida espiritual, seréis rebajados en vuestra dignidad moral ante el
tribunal del gran Juez. “¿Qué aprovechará al hombre si ganare todo
el mundo, y perdiere su alma?”.
Marcos 8:36
.
La ira de Dios descenderá sobre los que han servido a Mammón
en lugar de servir a su Creador. Pero los que hayan vivido por Dios
y el cielo, señalando el camino de la vida a otros, encontrarán que
la senda del justo es tan resplandeciente como la luz, que brilla
cada vez más hasta que el día es perfecto. Y pronto oirán esta
invitación de bienvenida: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has
sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor”.
Mateo 25:21
. El gozo de Cristo era ver a las almas salvadas en su
reino glorioso; y por ese gozo “sufrió la cruz, menospreciando el
oprobio”.
Hebreos 12:2
. Pero pronto “verá el fruto de la aflicción de
su alma, y quedará satisfecho”.
Isaías 53:11
. ¡Cuán felices serán los
que habiendo participado en su trabajo ahora pueden compartir su
gozo!—
The Review and Herald, 23 de junio de 1885
.