Página 106 - Consejos sobre Mayordom

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Capítulo 22—Educación impartida por los
ministros y dirigentes de la iglesia
Sobre quienes se dedican al ministerio pesa una gran respon-
sabilidad que es extrañamente descuidada. A algunos les agrada
predicar, pero no realizan obra personal en las iglesias. Hay una gran
necesidad de instrucción concerniente a las obligaciones y los debe-
res hacia Dios, especialmente con respecto a pagar honradamente el
diezmo. Nuestros ministros se sentirían muy apesadumbrados si no
se les pagara prontamente por su trabajo; ¿pero considerarán ellos
que debe haber sustento en la tesorería de Dios para mantener a
los obreros? Si dejan de cumplir con todo su deber en lo que atañe
a la educación del pueblo para que éste sea fiel en el pago de lo
que pertenece a Dios, habrá escasez de recursos en la tesorería para
promover la obra de Dios.
El veedor de la grey de Dios debería cumplir fielmente su deber.
Si por la sola razón de que una cosa no le agrada decide dejarla
para que otro la haga, no está siendo un obrero fiel. Debe leer en
Malaquías las palabras del Señor con las que acusa al pueblo de
robar a Dios al retener los diezmos. El Dios poderoso declara: “Mal-
ditos sois con maldición”.
Malaquías 3:9
. Cuando el que ministra
en palabra y doctrina ve que el pueblo adopta una conducta que
acarreará esta maldición sobre él, ¿cómo puede descuidar su deber
de instruirlo y amonestarlo? Cada miembro de iglesia debería ser
enseñado a ser fiel en el pago honrado del diezmo.—
Testimonies for
the Church 9:250, 251
.
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Instrucción a los nuevos conversos
Un obrero no debe nunca dejar sin hacer alguna parte del trabajo
porque no es agradable ejecutarla, pensando que el predicador que
vendrá después la hará en su lugar. Cuando tal es el caso, si el se-
gundo predicador sigue al primero y presenta los derechos que Dios
tiene sobre su pueblo, algunos retroceden, diciendo: “El predicador
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