Página 123 - Consejos sobre Mayordom

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Responsabilidades del que tiene un talento
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Espero que en cada iglesia se realicen esfuerzos para estimular
a los que no están haciendo nada. Ojalá que Dios haga que estas
personas comprendan que él requerirá de ellas el único talento con
lo que éste habría podido producir; y si descuidan de ganar otros
talentos junto al que tienen, experimentarán la pérdida de ese talen-
to y también de sus propias almas. Esperamos ver un cambio en
nuestras iglesias. El Señor se está preparando para regresar, para
pedir cuentas a sus siervos por sus talentos que les ha confiado.
¡Que Dios tenga misericordia ese día de los que no hacen nada!
Los que escuchen estas palabras de aprobación: “Bien hecho, buen
siervo fiel”, habrán obrado correctamente en el aprovechamiento de
sus habilidades y recursos financieros para la gloria de Dios.—
The
Review and Herald, 14 de marzo de 1878
.
Los talentos descuidados
Algunos están dispuestos a dar de acuerdo con lo que tienen, y
piensan que Dios no tiene más derecho sobre ellos porque no tienen
grandes recursos. No tienen entradas de las cuales puedan ahorrar
después de gastar en lo necesario para su familia. Pero muchos de
ellos pueden preguntarse: ¿Estoy dando de acuerdo a lo que podría
haber tenido? Dios quiso que pusiesen a contribución las facultades
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de su cuerpo y mente. Algunos no han perfeccionado hasta lo sumo
la habilidad que Dios les ha dado. El trabajo ha sido asignado al
hombre. Se lo relacionó con la maldición, porque así lo hizo ne-
cesario el pecado. El bienestar físico, mental y moral del hombre
hace necesaria una vida de trabajo útil. Que no seamos “perezosos
en los quehaceres” (
Romanos 12:11
, VM), es la recomendación del
inspirado apóstol Pablo.
Nadie, sea rico o pobre, puede glorificar a Dios por una vida de
indolencia. Todo el capital que tienen muchos pobres está constituido
por su tiempo y su fuerza física, y con frecuencia los malgastan por
amor a la comodidad y a la indolencia negligente, de manera que
no tienen nada que llevarle a su Señor en diezmos y ofrendas. Si
los cristianos carecen de sabiduría para hacer que su trabajo rinda la
mayor utilidad y para hacer una aplicación juiciosa de sus facultades
físicas y mentales, deben tener mansedumbre y humildad para recibir
el consejo de sus hermanos, a fin de que el mejor juicio de ellos supla