Página 122 - Consejos sobre Mayordom

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Consejos sobre Mayordomía Cristiana
Dios a todos asigna su obra, y espera que le devuelvan de acuer-
do a las diversas capacidades a cada uno confiadas. No espera el
producto de diez talentos del hombre a quien ha dado uno solo. No
espera que una persona pobre dé donativos como un rico. No espera
del débil y enfermo la actividad y fuerza del que está sano. El talento
único utilizado en la mejor forma posible Dios lo aceptará “según lo
que uno tiene, no según lo que no tiene”.
2 Corintios 8:12
.
Dios nos llama siervos, lo cual implica que somos empleados
por él para realizar cierta obra y para llevar responsabilidades. Nos
ha prestado un capital para que lo invirtamos. Este no es de nuestra
propiedad; y desagradamos a Dios si amontonamos los bienes del
Señor o si los gastamos a nuestro capricho. Somos responsables por
el uso o el abuso de lo que Dios nos ha prestado. Si este capital que
el Señor ha colocado en nuestras manos permanece dormido, o si lo
enterramos, aunque sea un solo talento, el Maestro nos pedirá cuenta
de ello. Él requiere, no lo nuestro, sino lo suyo propio con intereses.
Cada talento que vuelve al Señor será analizado cuidadosamente.
Las acciones y los cargos de los siervos de Dios no serán conside-
rados como asuntos de poca importancia. Se tratará personalmente
con cada uno, y se le pedirá que rinda cuenta de los talentos que le
fueron confiados, sea que los haya aprovechado o que haya abusado
de ellos. La recompensa dada estará en proporción con los talen-
tos aprovechados. El castigo impartido estará de acuerdo con los
talentos mal utilizados.—
The Review and Herald, 23 de febrero de
1886
.
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Hay que usar los talentos recibidos
Nadie debería quejarse porque no tiene talentos mayores. Cuan-
do los hombres utilicen para la gloria de Dios los talentos que él
les ha dado, entonces mejorarán. No es el momento ahora para
quejarnos de nuestra posición en la vida, y excusarnos por nuestro
descuido de aprovechar nuestras habilidades debido a que no te-
nemos otras aptitudes y posición, diciendo: “¡Oh, si yo tuviera el
don y la habilidad que él tiene podría invertir un capital mayor para
mi Maestro!” Si tales personas utilizan el único talento en forma
acertada y conveniente, eso es todo lo que el Maestro requiere de
ellas...