Página 304 - Consejos sobre Mayordom

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Consejos sobre Mayordomía Cristiana
que son fieles mayordomos de los recursos del Señor, conocerán
exactamente la situación de sus negocios, y como hombres pruden-
tes estarán preparados para cualquier emergencia. Si hubiese de
terminar repentinamente su tiempo de gracia, no dejarían en una
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perplejidad tan grande a aquellos que se viesen en la necesidad de
ordenar sus bienes.
Muchos no se preocupan de hacer su testamento mientras gozan
aparentemente de salud. Pero nuestros hermanos debieran tomar esa
precaución; debieran conocer su situación financiera y no dejar que
sus negocios se enreden. Deben ordenar su propiedad de manera que
puedan dejarla en cualquier momento.
Los testamentos deben hacerse de una manera que resista la
prueba de la ley. Después de haber sido formulados, pueden perma-
necer durante años, y no causar ningún perjuicio, aunque se continúe
haciendo donativos de vez en cuando, según la causa los necesite.
La muerte no llegará un día más temprano, hermanos, porque hayáis
hecho vuestro testamento. Al legar vuestra propiedad por testamento
a vuestros parientes, cuidad de no olvidar la causa de Dios. Sois sus
agentes, conservadores de su propiedad; y debéis considerar primero
sus requerimientos. Vuestra esposa y vuestros hijos no han de ser
dejados en la indigencia; debéis proveer para ellos, si lo necesitan.
Pero no introduzcáis en vuestro testamento, simplemente porque
es costumbre hacerlo, una larga lista de parientes que no sufren
necesidad.
Un llamamiento a la reforma
Téngase siempre presente que el egoísta sistema actual de dispo-
ner de la propiedad no es plan ideado por Dios, sino por el hombre.
Los cristianos deben ser reformadores y romper el sistema actual,
dando un aspecto completamente nuevo a la confección de los tes-
tamentos. Téngase también presente la idea de que es la propiedad
del Señor la que estamos manejando. La voluntad del Señor en este
asunto es ley.
Si un hombre os hubiese hecho albaceas suyos, ¿no estudiaríais
detenidamente la voluntad del testador, para que ni siquiera la más
pequeña cantidad recibiese mala aplicación? Vuestro Amigo celestial
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os ha confiado una propiedad, y os ha indicado su voluntad acerca de