Página 93 - Consejos sobre Mayordom

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Probemos al señor
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mos algo contra la Palabra de Dios. Muchas personas, en su celo
por enriquecerse, corren grandes riesgos; pasan por alto cosas de
importancia eterna y sacrifican nobles principios; y sin embargo
pueden perderlo todo en el juego. Pero al cumplir con las invitacio-
nes eternas nosotros no corremos ningún riesgo. Debemos aceptar
la Palabra de Dios, y con fe sencilla debemos avanzar confiando en
la promesa, y dar al Señor lo que es suyo.—
The Review and Herald,
18 de diciembre de 1888
.
Una causa de adversidad
Muchos que profesan ser cristianos proveen abundantemente pa-
ra ellos mismos, y suplen todas sus necesidades imaginarias mientras
no prestan atención a las necesidades de la causa del Señor. Piensan
que es ganancia retener todos los dones del Señor, o una proporción
egoísta de ellos. Pero encuentran pérdida en lugar de ganancia. Su
conducta provoca la suspensión de los beneficios y bendiciones.
Los hombres han perdido mucho a causa de su espíritu egoísta y
avaro. Si hubiesen reconocido con plenitud y voluntariamente los
requerimientos de Dios y si los hubiesen satisfecho, su bendición
se habría manifestado aumentando la producción de la tierra. Las
cosechas habrían sido más abundantes. Las necesidades de todos
habrían sido ampliamente satisfechas. Cuanto más demos tanto más
recibiremos.—
The Review and Herald, 8 de diciembre de 1896
.
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Los mandatos de Dios van acompañados de promesas
El deber es el deber, y debe cumplirse por esa misma razón. Pero
el Señor tiene compasión de nosotros en nuestra condición caída
y acompaña sus mandatos con promesas. Pide a su pueblo que lo
pruebe y declara que recompensará la obediencia con las bendiciones
más ricas... Nos estimula a darle y declara que lo que él nos retribuya
estará en proporción con los donativos que le hagamos. “El que
siembra escasamente, también segará escasamente”.
2 Corintios 9:6
.
Dios no es injusto para que se olvide de vuestro trabajo y de vuestras
acciones de amor.
¡Cuán tierno y fiel es Dios con nosotros! Nos ha dado en Cristo
las bendiciones más escogidas. Mediante él puso su firma en el