Página 86 - Consejos sobre Mayordom

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Capítulo 17—El mensaje de Malaquías
El reproche, la amonestación y la promesa de Dios se dan con
lenguaje inequívoco en (
Malaquías 3:8
): “¿Robará el hombre a
Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te he-
mos robado?” El Señor responde: “En vuestros diezmos y ofrendas.
Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me
habéis robado”.
El Señor del cielo desafía a quienes ha suplido con su abundancia
a probarlo. “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en
mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si
no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros
bendición hasta que sobreabunde”.
Malaquías 3:10
.
Este mensaje no ha perdido nada de su fuerza. Su importancia
se renueva constantemente así como los dones de Dios se renuevan
continuamente. No hay dificultad para comprender cuál es nuestro
deber a la luz de este mensaje dado por medio del santo profeta de
Dios. No se nos ha dejado para que tropecemos en las tinieblas y la
desobediencia. La verdad se declara con toda llaneza, y todos los
que deseen ser honrados ante Dios pueden comprenderla. El diezmo
de todos nuestros ingresos es del Señor. El coloca su mano sobre la
porción que ha especificado que le devolvamos, y dice: Permito que
uséis de mi abundancia después de haber apartado la décima parte y
de haberme traído donativos y ofrendas.
Dios pide que su diezmo sea llevado a su tesorería. Devuélvase
esa parte en forma estricta, honrada y fiel. Además de esto él pide
vuestros donativos y ofrendas. A nadie se obliga a presentar delante
de Dios sus diezmos, donativos u ofrendas. Pero con la misma
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seguridad con la que se nos ha dado la Palabra de Dios, él requerirá
lo suyo con interés de la mano de cada ser humano. Si los hombres
son infieles en devolver a Dios lo que le pertenece, si pasan por
alto la comisión dada a sus mayordomos, no seguirán teniendo la
bendición de lo que el Señor les ha confiado...
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