Página 85 - Consejos sobre Mayordom

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Regularidad y sistema
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examine periódicamente sus entradas, las que constituyen una ben-
dición de Dios, y aparte el diezmo para que sea del Señor en forma
sagrada. Este fondo en ningún caso debería dedicarse a otro uso;
debe dedicarse únicamente para el sostén del ministerio evangélico.
Después de apartar el diezmo hay que separar los donativos y las
ofrendas, “según haya prosperado” Dios.—
The Review and Herald,
9 de mayo de 1893
.
Primero hay que satisfacer los derechos de Dios
El Señor no sólo reclama el diezmo como suyo, sino también
establece
cómo
debería reservárselo para él. Dice: “Honra a Jehová
con tus bienes, y con las primicias de
todos tus frutos”
.
Proverbios
3:9
. Esto no nos enseña que debamos gastar los recursos en nosotros
mismos y luego llevar al Señor lo que quede, aunque esto sea también
un diezmo honrado. La porción del Señor debe separarse en primer
lugar.—
The Review and Herald, 4 de febrero de 1902
.
No debemos consagrarle lo que queda de nuestras entradas des-
pués de haber satisfecho nuestras necesidades reales o imaginarias;
antes de gastar nada debemos apartar lo que Dios ha especificado
como suyo.
Muchas personas harán frente a todas las exigencias y los com-
promisos inferiores o secundarios, y dejarán a Dios únicamente los
restos, si es que queda algo. Y si no queda nada, su causa tendrá que
esperar hasta un tiempo más propicio.—
The Review and Herald, 16
de mayo de 1882
.
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