Página 84 - Consejos sobre Mayordom

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Capítulo 16—Regularidad y sistema
Las instrucciones dadas por el Espíritu Santo por medio del
apóstol Pablo concernientes a los donativos, presentan un principio
que se aplica también al diezmo: “Cada primer día de la semana
cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado”.
1
Corintios 16:2
. Aquí se incluye a los padres y a los hijos. Esto se
dirige no sólo a los ricos sino también a los pobres. “Cada uno dé
como propuso en su corazón [guiado por la sincera consideración
del plan prescrito por Dios]: no con tristeza, ni por necesidad, porque
Dios ama al dador alegre”.
2 Corintios 9:7
. Los donativos hay que
darlos en consideración a la benevolencia de Dios manifestada hacia
nosotros.
¿Y qué tiempo más apropiado podría elegirse para apartar el
diezmo y presentar nuestras ofrendas a Dios? En el día de reposo
pensamos en su bondad. Hemos contemplado su obra en la creación
como una evidencia de su poder en la redención. Nuestros corazones
están llenos de agradecimiento por su gran amor. Y ahora, antes de
que vuelva a comenzar el tráfago de la semana, le devolvernos lo que
es suyo, y con ello una ofrenda para manifestarle nuestra gratitud.
En esta forma nuestra práctica constituirá un sermón semanal que
declara que Dios es el dueño de todos nuestros bienes, y que él
nos ha hecho mayordomos suyos para que los empleemos para su
gloria. Cada acto de reconocimiento de nuestra obligación hacia Dios
fortalecerá el sentido del deber. La gratitud se profundiza cuando
la expresamos y el gozo que proporciona es vida para el alma y el
cuerpo.—
The Review and Herald, 4 de febrero de 1902
.
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Primero el diezmo y luego las ofrendas
El asunto de la dadivosidad no ha sido librado al impulso. Dios
nos ha dado instrucciones definidas concernientes a él. Ha especifi-
cado que los diezmos y las ofrendas constituyen nuestra obligación,
y desea que demos en forma regular y sistemática... Que cada uno
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