Página 44 - Consejos sobre Mayordom

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Capítulo 7—Hay que sostener la obra de Dios
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Los últimos años del tiempo de prueba están pasando a la eter-
nidad. El gran día del Señor está sobre nosotros. Toda energía que
poseemos deberíamos emplearla ahora para estimular a los que están
muertos en sus transgresiones y pecados...
Es tiempo de prestar atención a la Palabra de Dios. Todos sus
requerimientos han sido dados para nuestro bien. El pide que los
que están bajo el estandarte ensangrentado del Príncipe Emanuel
den evidencia de que comprenden su dependencia de Dios y su
responsabilidad frente a él al devolverle una parte de lo que él les
ha confiado. Este dinero debe utilizarse para promover la obra que
debe hacerse a fin de cumplir la comisión dada por Cristo a sus
discípulos...
El pueblo de Dios es llamado a una obra que requiere dinero y
consagración. Las obligaciones que descansan sobre nosotros nos
hacen responsables de trabajar para Dios hasta el máximo de nuestra
habilidad. El pide un servicio indiviso, la completa devoción del
corazón, el alma, la mente y las fuerzas.
En el universo hay tan sólo dos lugares donde podemos colocar
nuestros tesoros: en la tesorería de Dios o en la de Satanás; y todo lo
que no se dedica al servicio de Dios se pone en el lado de Satanás,
y va a fortalecer su causa. El Señor se propone que los medios
confiados a nosotros se empleen en la edificación de su reino. Sus
bienes nos han sido confiados en nuestra calidad de mayordomos
suyos para que los manejemos cuidadosamente y le llevemos los
intereses en términos de almas salvadas. Estas almas a su turno se
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convertirán en mayordomos confiables que colaborarán con Cristo
para estimular los intereses de la causa de Dios.
Recibiendo para impartir
Cuando hay vida en una iglesia, ésta se manifiesta en aumento
y crecimiento. Hay también un intercambio constante, tomando
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