Página 246 - Consejos sobre Mayordom

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Consejos sobre Mayordomía Cristiana
forma tal que no ha honrado a Dios, y que en cambio ha causado un
daño definido. Han dado liberalmente regalos a sus hijos, parientes
y amigos, en tanto que los obsequios que han dedicado a los que el
Señor honra, han sido escasos y limitados tanto en su valor como en
la frecuencia con que se los ha ofrecido...
La abnegación y la hipoteca de la iglesia
Cada cristiano debe formularse estas preguntas inquisidoras:
¿Tengo, en la intimidad de mi alma, amor por Jesús? ¿Amo su ta-
bernáculo?... ¿Es mi amor hacia Dios y mi Redentor bastante fuerte
como para inducirme a negarme a mí mismo? Cuando sea tentado a
gratificar el placer y los goces egoístas, ¿no diré: no, no gastaré ni
un chelín, y ni siquiera medio chelín, para mi propia gratificación,
mientras la casa de Dios esté hipotecada o soporte la presión de las
deudas?
¿No debería recibir Cristo nuestra primera y más elevada con-
sideración? ¿No debería él exigir esta señal de nuestro respeto y
lealtad? Estas son las cosas que revelan nuestro amor tanto en el
hogar como en la iglesia. Si entregamos enteramente a Dios el co-
razón, el alma, la fuerza y la vida, y si le sometemos plenamente
nuestros afectos, entonces daremos el lugar supremo a Dios en todo
nuestro servicio. El resultado será que sabremos lo que significa ser
socios con Jesucristo en la firma sagrada. El edificio levantado para
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rendir culto a Dios no quedará baldado por la deuda. Permitir que
esto suceda casi parecería una negación de nuestra fe.—
Carta 52,
1897
.
Las deudas de la iglesia deshonran a Dios
Dios es deshonrado cuando nuestras iglesias están cargadas por
las deudas. No es necesario que exista este estado de cosas. Revela
una mala administración de principio a fin, y es una deshonra para
el Dios de los cielos. Leed y estudiad con oración el capítulo 4 de
Zacarías. Leed a continuación el primer capítulo de Hageo, y ved
si lo que allí se dice no se aplica a vosotros. Mientras os habéis
preocupado mucho de vosotros mismos y de vuestros intereses
egoístas, no os habéis aprestado a edificar o bien habéis edificado con