Página 247 - Consejos sobre Mayordom

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Liquidando las deudas de construcción de las iglesias
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dinero prestado y no habéis hecho donaciones para librar de deuda la
construcción de la iglesia. ¿No consideraréis cuál es vuestro deber?
Transcurre un año tras otro y se realiza poquísimo sacrificio para
disminuir la deuda. Los intereses tragan los recursos que deberían
utilizarse para amortizar la deuda.
¿Por qué permanecen las deudas?
Siervos perezosos, es el cargo que Dios hace contra los que están
en las iglesias. No se cumple su voluntad cuando se permite que las
cosas sagradas permanezcan en un estado marchito y descuidado.
Si en cada iglesia se manifestara sacrificio personal y abnegación,
cambiaría este estado de las cosas. “Mía es la plata, y mío es el oro,
dice Jehová de los ejércitos”.
Hageo 2:8
. Se deshonra a Dios cuando
ese oro y esa plata se utilizan con propósitos egoístas, para gratificar
la ambición, el orgullo o la complacencia de sí mismo, tal como se
ha hecho.
Los hombres que ocupan posiciones representativas ¿pueden
estar tan profundamente dormidos que no comprendan que el estado
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actual de las cosas es el resultado del descuido de su parte? Cuando
el pueblo elegido por Dios embellece sus propias casas, e invierte
el dinero de Dios en... diversas cosas destinadas a la gratificación
egoísta, sabiendo que los recursos que utilizan en esa forma deberían
utilizarlos para mantener la casa de Dios en la mejor condición
posible, a fin de que no se utilicen los recursos de la tesorería para
sufragar los gastos corrientes, no puede ser bendecido.
Tengo un mensaje del Señor. Las iglesias deben despertar de su
letargo y pensar en estas cosas. “Mía es la plata, y mío es el oro,
dice Jehová de los ejércitos”.
Hageo 2:8
. ¿Nos estamos apropiando,
como familias, de la plata y el oro del Señor con fines egoístas? ¿No
estamos haciendo nada para aliviar la deuda que pesa sobre su causa?
Las iglesias están cargadas con deudas, no porque les sea imposible
librarse de ellas, sino debido a la complacencia egoísta manifestada
por sus miembros. Dios es deshonrado por ese descuido, y si él traba
vuestros recursos, no desconozcáis cuál es la causa. Cuando deis el
primer lugar al Señor, y cuando comprendáis que la casa del Señor
es deshonrada por las deudas, Dios os bendecirá.—
Manuscrito 116,
1897
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