Página 81 - Consejos sobre Mayordom

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Capítulo 15—Una cuestión de honradez
Un espíritu mezquino y egoísta impide que los hombres den
a Dios lo que es suyo. Dios ha establecido un pacto especial con
los hombres, según el cual si éstos apartan regularmente la por-
ción destinada a promover el reino de Cristo, el Señor los bendice
abundantemente, a tal punto que no tendrán lugar para recibir sus
dones. Pero si los hombres retienen lo que pertenece a Dios, el Señor
declara llanamente: “Malditos sois con maldición”.
Malaquías 3:9
...
Los que comprenden su dependencia de Dios sentirán que de-
ben ser honrados con sus semejantes, y por sobre todo, deben ser
honrados con Dios, de quien proceden todas las bendiciones de la
vida. La desobediencia a los mandamientos positivos dados por Dios
concernientes a los diezmos y las ofrendas, queda registrada en los
libros del cielo como un robo perpetrado contra él.
Nadie que sea deshonesto con Dios o con sus semejantes puede
prosperar. El Dios altísimo, dueño del cielo y la tierra, dice: “No
tendrás en tu bolsa pesa grande y pesa chica, ni tendrás en tu casa
efa grande y efa pequeño. Pesa exacta y justa tendrás; efa cabal y
justo tendrás, para que tus días sean prolongados sobre la tierra que
Jehová tu Dios te da”.
Deuteronomio 25:13-15
. El Señor vuelve a
expresar su aborrecimiento de la falta de honradez por medio del
profeta Miqueas: “¿Hay aún en casa del impío tesoros de impiedad,
y medida escasa que es detestable? ¿Daré por inocente al que tiene
balanza falsa...? Por eso yo también te hice enflaquecer hiriéndote,
asolándote por tus pecados”.
Miqueas 6:10-13
.—
The Review and
Herald, 17 de diciembre de 1889
.
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Pérdida de la paz de la conciencia por incumplimiento
Cuando tratamos injustamente a nuestros semejantes o a Dios,
despreciamos la autoridad divina e ignoramos el hecho de que Cristo
nos ha comprado con su propia vida. El mundo está robando a
Dios en gran medida. Cuanto más riquezas él les imparte, tanto más
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