Página 137 - Consejos sobre Mayordom

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La riqueza es un talento confiado
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y se alejan de Dios. Cuán lastimoso pecado es que los hombres no
despiertan a la realidad y comprendan cuán necio es permitir que
los afectos desordenados por las cosas terrenales expulsen el amor
de Dios del corazón. Cuando el amor a Dios es expulsado, el amor
al mundo surge rápidamente y llena el vacío. Solamente el Señor
puede limpiar el templo del alma de la contaminación moral.
Jesús dio su vida por la vida del mundo, y estima al hombre en un
valor infinito. Desea que el hombre se aprecie a sí mismo y considere
su bienestar futuro. Si los ojos se mantienen puros todo el cuerpo
estará lleno de luz. Si la visión espiritual es clara, se considerará a
las realidades eternas en su verdadero valor y la contemplación del
mundo eterno añadirá nuevos goces a este mundo.
El cristiano estará lleno de gozo en la medida en que sea un
mayordomo fiel de los bienes de su Señor. Cristo anhela salvar
a cada hijo e hija de Adán. Levanta su voz en advertencia a fin
de romper el hechizo que ha unido las almas en cautividad a la
esclavitud del pecado. El ruega a los hombres que se alejen de su
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infatuación. Les hace contemplar el mundo más noble y les dice: “No
os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen”.
Mateo 6:19
.
Las tentaciones sutiles
Cristo ve el peligro; conoce las tentaciones sutiles y el poder del
enemigo, porque ha experimentado las tentaciones de Satanás. El dio
su vida para proporcionar un período de prueba para los hijos y las
hijas de Adán. Teniendo ante ellos el resultado de la desobediencia
de Adán y de las transgresiones, con una luz más abundante que
brilla sobre ellos, son invitados a acudir a Cristo para hallar descansa
para sus almas. Pero cuanto más grande sea la luz y más clara la
señal de peligro, tanto mayor será la condenación para los que se
apartan de la luz para ir a las tinieblas. Las palabras de Cristo son
demasiado serias en sus implicaciones para ser descartadas.
Los hombres parecen estar movidos por un deseo insano de
obtener posesiones terrenas. Practican toda clase de falta de honradez
para acumular riquezas. Los hombres practican sus negocios con un
celo intenso como si el éxito en esta línea constituyera una garantía
para ganar el cielo. Atan el capital que el Señor les ha confiado en