Página 55 - Consejos sobre Mayordom

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La voz de la consagración
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rentes? Si ha sido así, que el Señor se compadezca de vuestro futuro;
porque, “con la medida con que medís, os será medido”.
Mateo 7:2
.
¿Podemos admirarnos de que el Señor retenga su bendición cuando
sus donativos son pervertidos egoístamente y mal usados?
Dios está constantemente derramando sobre vosotros las bendi-
ciones de esta vida; y si os pide que ayudéis en los diversos ramos
de su obra, lo hace en vuestro propio interés temporal y espiritual,
para que así reconozcáis que Dios es el dador de toda bendición.
Dios, como Obrero principal colabora con los hombres en la tarea
de proporcionar los medios necesarios para su mantenimiento; por
eso requiere que ellos colaboren con él en la salvación de las almas.
Ha colocado en manos de sus siervos los recursos necesarios para
promover su obra en las misiones nacionales y extranjeras. Pero
si tan sólo la mitad de la gente cumple con su deber, la tesorería
carecerá de los fondos necesarios, y como resultado muchas partes
de la obra de Dios quedarán incompletas.—
The Review and Herald,
23 de diciembre de 1890
.
Contestando la oración de Cristo por la unidad
La iglesia no podrá alcanzar la posición que Dios desea que
logre hasta que se una en simpatía con sus obreros misioneros. La
unidad por la que Cristo oró no podrá existir hasta que se lleve espi-
ritualidad al servicio misionero, y hasta que la iglesia se convierta
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en un instrumento para suporte de las misiones. Los esfuerzos de los
misioneros no guiarán lo que se proponen hasta que los miembros
de la iglesia de los campos nacionales demuestren, no sólo en pala-
bra sino también por la acción, que comprenden la obligación que
descansa sobre ellos de proporcionar a los misioneros su entusiasta
apoyo.
Dios pide obreros. Se necesita actividad personal. Pero la con-
versión viene en primer lugar; y después de ella, la búsqueda de la
salvación de los demás.—
The Review and Herald, 10 de septiembre
de 1903
.