Página 54 - Consejos sobre Mayordom

Basic HTML Version

Capítulo 9—La voz de la consagración
¿Es éste el lenguaje de vuestro corazón? “Soy tuyo por completo,
mi Salvador; tú pagaste el rescate por mi alma, y todo lo que soy o lo
que seré te pertenece. Ayúdame a adquirir recursos, no para gastarlos
neciamente, no para complacer mi orgullo, sino para usarlos para
gloria de tu nombre”.
En todo lo que hagáis, que vuestra preocupación sea: ¿Es éste
el camino del Señor? ¿Agradará esto a mi Salvador? El dio su vida
por mí: ¿Qué puedo dar yo por Dios? Puedo decir tan sólo: “De lo
recibido de tu mano te damos”.
1 Crónicas 29:14
. A menos que el
nombre de Dios esté escrito en vuestras frentes—escrito allí porque
Dios es el centro de vuestros pensamientos—no se os hallará en
luz para que recibáis la herencia. Vuestro Creador ha derramado
sobre vosotros todo el cielo en un solo don maravilloso: su Hijo
unigénito...
Dios extiende su mano sobre los diezmos tanto como sobre los
donativos y las ofrendas, y dice: “Esto me pertenece. Cuando os
confié mis bienes especifiqué que una parte debía ser vuestra, para
suplir vuestras necesidades, y otra porción debía devolvérseme”.
Cuando reuníais vuestra cosecha y llenabais vuestros galpones
y graneros para vuestra propia comodidad, ¿devolvisteis a Dios
fielmente el diezmo? ¿Le presentasteis vuestros donativos y ofrendas
para que su causa no sufriera? ¿Habéis cuidado de los huérfanos y
las viudas? Esto constituye un ramo de la actividad misionera que
por ninguna razón debería descuidarse.
[51]
¿No hay a vuestro alrededor pobres y dolientes que necesitan
ropas abrigadas, alimento mejor, y sobre todo lo demás, lo que será
más apreciado: simpatía y amor? ¿Qué habéis hecho por las viudas,
los angustiados, que os piden ayuda para educar y preparar a los
hijos o nietos? ¿Cómo habéis tratado estos casos? ¿Habéis procu-
rado ayudar a los huérfanos? Cuando padres o abuelos ansiosos y
preocupados os han pedido, y hasta os han rogado que consideréis
sus casos, ¿los habéis rechazado con negativas insensibles e indife-
50