Página 207 - Consejos sobre Mayordom

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El peligro de la codicia
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no se da cuenta que se ha alejado de Cristo y que le sirve tan sólo
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nominalmente.—
The Review and Herald, 23 de septiembre de 1890
.
Alejamiento del espíritu de sacrificio de los pioneros
Hubo un tiempo cuando había sólo pocas personas que escu-
chaban la verdad y la aceptaban, y éstas no poseían muchos bienes
terrenales. Y llegó el momento cuando fue necesario que algunos
vendieran sus casas y sus tierras para comprar otras más baratas a
fin de entregar al Señor el dinero sobrante para publicar la verdad
y ayudar de otro modo a promover la causa de Dios. Esas personas
con espíritu de sacrificio tuvieron que soportar privaciones; pero los
que perseveran hasta el fin, éstos recibirán su recompensa.
Dios ha estado obrando sobre muchos corazones. Ha triunfado
la verdad por la cual unos pocos realizaron tanto sacrificio, y ha sido
recibida por las multitudes. En la providencia de Dios, gente que
posee recursos económicos ha sido llevada a la verdad para que, a
medida que la obra progresa, las necesidades de su causa puedan ser
satisfechas. Dios no pide ahora las casas donde vive su pueblo; pero
si los que poseen abundancia de bienes no escuchan su voz, no se
separan del mundo y no se sacrifican por Dios, él los pasará por alto
y llamará a los que están dispuestos a hacer cualquier cosa por Jesús,
aun a vender sus casas para satisfacer las necesidades de la causa.
Dios recibirá ofrendas voluntarias. Los que dan deben considerar un
privilegio hacerlo así.—
The Review and Herald, 16 de septiembre
de 1884
.
El pueblo de Dios está a prueba ante el universo celestial; pero la
escasez de sus donaciones y ofrendas y la debilidad de sus esfuerzos
en el servicio de Dios los señalan como infieles. Si lo poco que ahora
se realiza fuera lo mejor que ellos pueden hacer, no estarían bajo
condenación, pero con los recursos que poseen podrían hacer mucho
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más. Ellos saben, y el mundo también lo sabe, que en gran medida
han perdido el espíritu de abnegación y se han negado a llevar su
cruz.—
Testimonies for the Church 6:445, 446
.