Página 237 - Consejos sobre Mayordom

Basic HTML Version

Viviendo en armonía con las entradas
233
hacéis, si el trabajo está a mano preparado convenientemente; pero
no os esforzáis por poneros a trabajar, y no pensáis que es un deber
emplear vuestro tiempo y fuerzas para obtener el mayor beneficio
en el temor de Dios.
Habéis estado trabajando en un negocio que a veces os da gran-
des utilidades de una sola vez. Después de haber recibido las ganan-
cias, no habéis tratado de economizar para un tiempo cuando los
recursos no se ganarán con tanta facilidad, sino que habéis gastado
mucho en necesidades imaginarias. Si Ud. y su esposa hubiesen
comprendido que es un deber que Dios os impone el negaros vues-
tros gustos y deseos, para hacer provisión para el futuro, en lugar de
vivir tan sólo para el presente, ahora podríais contar con recursos
y vuestras familias podrían tener las comodidades de la vida. De-
béis aprender una lección, y debéis aprenderla con prontitud. Y ésta
consiste en conseguir que un poquito alcance para lo más posible...
Jesús logró un milagro y alimentó a cinco mil, y luego enseñó
una importante lección de economía: “Recoged los pedazos que
sobraron, para que no se pierda nada”.
Juan 6:12
. Tenéis la respon-
sabilidad de deberes importantísimos. “No debáis a nadie nada”.
Romanos 13:8
. Si fuerais inválidos, si no fuerais capaces de trabajar,
entonces vuestros hermanos tendrían el deber de ayudaros. Pero en
vuestro caso, todo lo que necesitabais de vuestros hermanos cuando
os mudasteis de lugar, era sólo una ayuda para comenzar. Si Ud.
fuera tan emprendedor como debiera, y si con su esposa estuvierais
[265]
de acuerdo en vivir dentro de vuestros recursos, podríais veros libres
de compromisos. Tendréis que trabajar para recibir salarios reduci-
dos tanto como para recibir salarios cuantiosos. La laboriosidad y
la economía habrían colocado a vuestra familia en una condición
mucho más favorable.—
Testimonies for the Church 2:431-436
.
La economía como principio
Aquellos cuyas manos están abiertas para responder a los pedidos
de recursos para sostener la causa de Dios y aliviar a los pobres y
los necesitados, no son los que manejan sus asuntos comerciales con
flojedad, laxitud y lentitud. Siempre son cuidadosos en mantener
sus gastos dentro de sus ingresos. Son económicos por principio;