Página 149 - Consejos sobre Mayordom

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El peligro de la prosperidad
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Jesús aprovechó la oportunidad de dar a sus discípulos una lec-
ción impresionante: “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto
os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos.
Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una
aguja, que entrar un rico en el reino de Dios”.
Mateo 19:23, 24
.
Ricos pobres y pobres ricos
Aquí puede apreciarse el poder de la riqueza. La influencia del
amor al dinero sobre la mente humana es casi paralizadora. Las
riquezas infatúan y hacen que muchos que las poseen obren como si
estuviesen privados de razón. Cuanto más tienen de este mundo, tan-
to más desean. Sus temores de llegar a padecer necesidad aumentan
con sus riquezas. Se sienten inclinados a amontonar recursos para el
futuro. Son mezquinos y egoístas, y temen que Dios no provea para
ellos. Esta clase de gente es en realidad pobre delante de Dios. A
medida que han acumulado riquezas han ido poniendo su conciencia
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en ellas y han perdido la fe en Dios y sus promesas.
Los pobres fieles y confiados se hacen ricos delante de Dios
utilizando juiciosamente lo poco que poseen para bendecir a otros.
Sienten que tienen obligaciones hacia su prójimo que no pueden
descartar si quieren obedecer el mandamiento de Dios: “Amarás
a tu prójimo como a ti mismo”. Consideran la salvación de sus
semejantes de más importancia que todo el oro y la plata contenidos
en el mundo.
Cristo señala la forma como los que poseen riquezas y sin em-
bargo no son ricos delante de Dios pueden obtener las riquezas
verdaderas. Él ha dicho: “Vended lo que poseéis y dad limosna” (
Lu-
cas 12:33
), y haceos tesoros en el cielo. El remedio que él propone
es una transferencia de sus afectos a la herencia eterna. Al invertir
sus recursos en la causa de Dios para ayudar en la salvación de las
almas y aliviar a los necesitados, se enriquecen en buenas obras
y atesoran “para sí buen fundamento para lo por venir” para “que
echen mano de la vida eterna”.
1 Timoteo 6:19
. Esto resultará una
inversión segura.
Pero muchos muestran mediante sus obras que no se atreven a
confiar en el banco del cielo. Prefieren confiar sus recursos finan-
cieros al mundo antes que enviarlos delante de ellos al cielo. Estos