Página 98 - Consejos sobre Mayordom

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Capítulo 20—La respuesta de una conciencia
estimulada
Como resultado de las reuniones especiales realizadas en la igle-
sia de _____, se ha producido un progreso decidido en espiritualidad,
piedad, caridad y actividad. Se predicó acerca del pecado de robar a
Dios en los diezmos y ofrendas...
Muchos confesaron que no habían pagado los diezmos durante
años; y sabemos que Dios no puede bendecir a los que le roban, y
que la iglesia debe sufrir las consecuencias de los pecados de sus
miembros individuales. En los libros de nuestra iglesia hay una gran
cantidad de nombres, y si todas esas personas pagaran prontamente
un diezmo honrado al Señor, lo que constituye su parte, la tesorería
no carecería de recursos...
Cuando se presentó el pecado de robar a Dios, la gente recibió
un concepto más claro de su deber y privilegio en este asunto. Un
hermano dijo que durante dos años no había pagado sus diezmos,
y que estaba desesperado; pero después de confesar su pecado,
comenzó a cobrar esperanza. “¿Qué debo hacer?”—preguntó.
Le dije: “Entregue una promesa escrita al tesorero de la iglesia;
eso tendrá valor formal”.
Él pensó que eso constituía un pedido más bien extraño, pero se
sentó y comenzó a escribir: “Por valores recibidos, prometo pagar...”
Levantó la cabeza como para preguntar: ¿Es ésta la forma adecuada
de formular una promesa al Señor?
“Sí—continuó—, por valores recibidos. ¿Acaso no he estado re-
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cibiendo las bendiciones de Dios día tras día? ¿No me han protegido
los ángeles? ¿No me ha bendecido el Señor con toda clase de ben-
diciones espirituales y temporales? Por valores recibidos, prometo
pagar la suma de 571.50 dólares al tesorero de la iglesia”. Después
de haber realizado todo lo posible de su parte, se sintió feliz. Al cabo
de pocos días había cumplido su promesa pagando los diezmos a la
tesorería. También realizó un donativo de 125 dólares en ocasión de
la Navidad.
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