Página 173 - Consejos sobre Mayordom

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Capítulo 35—De gran valor ante la vista de Dios
Entre los profesos hijos de Dios hay hombres y mujeres que
aman el mundo y las cosas mundanas, y esas almas están siendo
corrompidas por las influencias mundanales. Lo divino está siendo
echado fuera de su naturaleza. Como instrumento de injusticia, están
trabajando en favor de los propósitos del enemigo.
En contraste con esta clase, están los pobres honrados e indus-
triosos, que están listos para ayudar a los necesitados y dispuestos
a soportar la injusticia antes que manifestar el espíritu mezquino y
acumulador de los ricos. Estos hombres estiman la limpia concien-
cia y los principios rectos por encima del valor del oro. Están listos
para hacer todo el bien que pueden. Si una empresa de beneficencia
pide su dinero o su trabajo, son los primeros en responder y con
frecuencia van mucho más allá de su capacidad real, negándose a sí
mismos algunas cosas necesarias a fin de cumplir con su propósito
benevolente.
Estos hombres no pueden jactarse de poseer grandes tesoros
terrenales; pueden ser considerados como poseedores de un juicio
y una sabiduría deficientes; su influencia puede no ser estimada
como de valor especial; pero ante la vista de Dios son considerados
valiosos. Puede considerarse que poseen escasa percepción, pero
manifiestan una sabiduría que está tan por encima de la mente calcu-
ladora y adquisitiva como lo divino está por encima de lo humano;
¿acaso no se están haciendo un tesoro en los cielos, incorruptible, in-
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contaminado y que nunca se marchitará?—
The Review and Herald,
19 de diciembre de 1899
.
Como incienso fragante
La experiencia muestra que un espíritu de liberalidad se encuen-
tra con más frecuencia entre los que poseen recursos limitados que
entre los acaudalados. Muchos que desean ardientemente tener rique-
zas serán arruinados por su posesión. Cuando tales personas reciben
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