Página 31 - Consejos sobre Mayordom

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¿Por qué Dios emplea a los hombres como los encargados...
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viendo como trampas para engañar y destruir.—
The Review and
Herald, 5 de marzo de 1908
.
Una fea mancha
Nunca debemos olvidar que se nos ha puesto a prueba en este
mundo a fin de determinar nuestra aptitud para la vida futura. No
podrá entrar en el cielo ninguna persona cuyo carácter haya sido
contaminado por la fea mancha del egoísmo. Por lo tanto, Dios nos
prueba aquí entregándonos posesiones temporales a fin de que el
uso que hagamos de ellas demuestre si se nos pueden confiar las
riquezas eternas.—
The Review and Herald, 16 de mayo de 1893
.
Nuestras posesiones son tan sólo un depósito
Por cuantiosas o reducidas que sean las posesiones de una per-
sona, ésta debe recordar que las ha recibido tan sólo en calidad de
depósito. Debe rendir cuenta a Dios de su fuerza, habilidad, tiempo,
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talento, oportunidades y recursos. Esto constituye una obra indi-
vidual; Dios nos da para que seamos como él generosos, nobles y
benevolentes al compartir lo que tenemos con otros. Los que olvidan
su misión divina procuran tan sólo ahorrar o gastar para complacer el
orgullo o el egoísmo, y éstos puede ser que disfruten de los placeres
de este mundo; pero ante la vista de Dios, estimados en base a sus
realizaciones espirituales, son desventurados, miserables, pobres,
ciegos y desnudos.
Cuando se emplea la riqueza en forma debida, ésta se convierte
en un dorado vínculo de gratitud y afecto entre el hombre y sus
semejantes, y en un fuerte lazo que une sus afectos con su Redentor.
El don infinito que Dios hizo en la persona de su Hijo amado exige
expresiones tangibles de gratitud de parte de los recipientes de su
gracia. El que recibe la luz del amor de Cristo queda por ese motivo
bajo la más definida obligación de iluminar con esa luz bendita a las
almas que están en las tinieblas.—
The Review and Herald, 16 de
mayo de 1882
.