Página 300 - Consejos sobre Mayordom

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Capítulo 62—La preparación para la muerte
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Hay entre nosotros ancianos cuyo tiempo de gracia se acerca a
su fin; pero por falta de hombres que estén alerta y aseguren para la
causa de Dios los recursos que poseen, éstos pasan a las manos de
los que sirven a Satanás. Estos recursos sólo les fueron prestados
por Dios para que se los devolviesen; pero en nueve casos de cada
diez, estos hermanos, cuando están por desaparecer del escenario
de acción, disponen de la propiedad de Dios de una manera que
no le puede glorificar, porque ni un solo peso llegará jamás a la
tesorería del Señor. En algunos casos, estos hermanos aparentemente
buenos tuvieron consejeros que no eran consagrados, quienes los
aconsejaron desde su punto de vista, y no según el parecer de Dios.
Con frecuencia se legan propiedades a hijos y nietos para per-
juicio suyo solamente. Ellos no sienten amor hacia Dios ni hacia la
verdad, y por lo tanto estos recursos, que son todos del Señor, pasan
a las filas de Satanás para ser manejados por él. Este es mucho más
vigilante, avizor y hábil que nuestros hermanos en lo que se refiere
a idear medios para asegurarse los recursos del Señor para su causa.
Algunos testamentos se hacen de manera tan precaria que no
resisten la prueba de la ley, y así se han perdido para la causa miles
de pesos. Nuestros hermanos deben considerar que sobre ellos, como
fieles siervos en la causa de Dios, descansa la responsabilidad de
ejercitar su intelecto, respecto de este asunto, y asegurar para el
Señor lo que le pertenece.
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Muchos manifiestan una delicadeza innecesaria al respecto.
Creen que están pisando en terreno prohibido cuando introducen
el tema de la propiedad al conversar con ancianos e inválidos, a
fin de saber cómo piensan disponer de ella. Pero este deber es tan
sagrado como el de predicar la Palabra para salvar almas. He aquí,
por ejemplo, un hombre que tiene dinero o propiedades de Dios en
sus manos. Está por cambiar su mayordomía. Los recursos que Dios
le prestó para que fueran usados en su causa, ¿los colocará en las
manos de hombres perversos, sólo porque son parientes suyos? ¿No
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