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Honradez e integridad
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tas transacciones menores que revelan el carácter.—
Joyas de los
Testimonios 1:510, 511
.
Honrados con el tiempo y el dinero
—Se necesitan hombres
cuyo sentido de la justicia, aun en las cuestiones más pequeñas, no les
permita utilizar su tiempo en otra forma que no sea exacta y correcta:
hombres que comprendan que manejan medios que pertenecen a
Dios, y que no se apropiarán injustamente ni de un centavo para su
propio uso; hombres que serán tan fieles y exactos, cuidadosos y
diligentes, en su trabajo, en ausencia de su empleador tanto como
en su presencia, demostrando por su fidelidad que no sólo buscan
servir a los hombres, que no trabajan sólo cuando los vigilan, sino
que son verdaderos obreros concienzudos, fieles, que obran bien,
no para recibir alabanza humana, sino porque aman y eligen el
bien porque comprenden correctamente cuál es su obligación con
Dios.—
Testimonies for the Church 3:25
.
Lo que desea que otros piensen que él es
—En cada negocio,
un cristiano será justamente lo que desea que sus hermanos piensen
que él es. Su conducta está regida por principios fundamentales.
No finge, y por lo tanto no tiene nada que ocultar, nada de qué
pedir disculpas. Puede ser criticado, puede ser probado, pero su
inquebrantable integridad brillará como oro puro. Es una bendición
para todos aquellos con quienes se relaciona, porque su palabra
es digna de confianza. Es un hombre que no se aprovechará de sus
vecinos. Es un amigo y benefactor de todos, y sus semejantes confían
en su consejo. . . . Un hombre verdaderamente honrado nunca se
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aprovechará de la debilidad y la incompetencia a fin de llenar su
propio bolsillo.—
Carta 3, 1878
.
No permitáis una desviación de la más rígida honradez
—En
cada transacción comercial sed estrictamente honrados. Aunque os
sintáis tentados, no engañéis ni mintáis en lo más mínimo. A veces
un impulso natural puede tentar a alejarse del camino recto de la
honradez, pero no variéis ni en el grosor de un cabello. Si en algún
asunto habéis hecho una declaración acerca de lo que haréis, y des-
pués descubrís que habéis favorecido a otro contra vuestros propios
intereses, no os alejéis ni un milímetro del principio. Cumplid vues-
tro convenio. Al tratar de cambiar vuestros planes, demostraríais
que no sois dignos de confianza. Y si os desdecís en las pequeñas
transacciones, también lo haréis en las de mayor cuantía. En tales