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Conducción del Niño
“Hemos probado la agricultura y sabemos lo que son sus resultados”,
y sin embargo estos mismos necesitan saber cultivar el terreno y usar
de la ciencia en su trabajo. Sus arados debieran producir surcos más
profundos y más anchos, y necesitan aprender que por labrar la tierra
su personalidad no debe volverse vulgar y áspera. . . . Aprendan
a sembrar la semilla en la sazón debida, a prestar atención a la
vegetación y seguir el plan que Dios ha ideado.—
The Signs of the
Times, 13 de agosto de 1896
.
Una preparación de valor resaltante
—Ningún ramo de traba-
jo manual es de más valor que la agricultura. Se debería hacer mayor
esfuerzo para crear y alentar el interés en las tareas agrícolas. Llame
el maestro la atención hacia lo que la Biblia dice en cuanto a la
agricultura: que era el plan de Dios que el hombre labrase la tierra;
que al primer hombre, gobernante de todo el mundo, le fue dado
un jardín para que lo cultivara y que muchos de los más grandes
hombres del mundo, su verdadera nobleza, han sido cultivadores
del suelo. . . . El que se gana la vida por medio de la agricultura
escapa a muchas tentaciones y goza de innumerables bendi-ciones y
privilegios negados a aquellos que trabajan en las grandes ciudades.
Y en estos días de grandes sindicatos y de competencia comercial
pocos hay que gocen de una independencia tan real y de tan grande
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seguridad de recibir la justa recompensa de su trabajo, como el
labrador de la tierra.—
La Educación, 214, 215
.
Los productos frescos son de valor especial
—Las familias y
las instituciones debieran aprender a aprovechar más del cultivo y
el mejoramiento de la tierra. Si la gente tan sólo supiera del valor
de los productos de la tierra, que ella da a la sazón debida, se harían
esfuerzos más diligentes para cultivar el terreno. Todos debieran
estar familiarizados con el valor especial de las frutas y verduras
frescas de la quinta y la huerta.—
Counsels on Diet and Foods, 312
.
Las escuelas debieran dar instrucción en oficios útiles
—La
educación manual merece más atención de la que se ha prestado.
Se deberían establecer escuelas que, además de la cultura men-
tal y moral superior, provean las mejores facilidades posibles para
el desarrollo físico y la educación industrial. Se debería enseñar
agricultura, industrias—tantos oficios útiles como sea posible—eco-
nomía doméstica, conocimientos culinarios, costura, confección de
ropa higiénica, tratamientos a enfermos y otras cosas parecidas. Se