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Predominio de vicios corruptores
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poderosa, si no estuvieran esclavizados por pasiones degradantes.
Mi confianza en la humanidad ha sido terriblemente sacudida.
Se me ha mostrado que personas de indudable buen comporta-
miento, que no se toman libertades indebidas con el otro sexo, eran
culpables de practicar el vieio secreto casi cada día de sus vidas. No
se han refrenado de este terrible pecado aun cuando estuvieron en las
reuniones más solemnes. Han escuchado los más solemnes e impre-
sionantes discursos sobre el juicio, que parecían presentarlos delante
del tribunal de Dios, haciéndolos temer y temblar. Sin embargo, ape-
nas si pasaba una hora desde ese momento y ya estaban sumidos en
su pecado favorito y cautivante, contaminando sus propios cuerpos.
Estaban de tal manera esclavizados por este crimen tremendo, que
parecían desprovistos de poder para dominar sus pasiones. Hemos
trabajado fervientemente por algunos, hemos suplicado, hemos llo-
rado y orado por ellos. Sin embargo, hemos sabido que allí mismo
en medio de todos nuestros fervientes esfuerzos y angustias la fuerza
del hábito pecaminoso ha obtenido el dominio y se han cometido
estos pecados.—
Testimonies for the Church 2:468, 469
.
El conocimiento del vicio es difundido por sus víctimas
Los que se han entregado plenamente a este vicio destructor del
alma y del cuerpo rara vez pueden descansar hasta que su carga
del vicio secreto es pasada a aquellos con quienes se relacionan.
Inmediatamente se despierta la curiosidad y el conocimiento del
vicio se propaga de un joven a otro, de un niño a otro, hasta el punto
de que es difícil encontrar a uno que no conozca la práctica de este
pecado degradante.—
Testimonies for the Church 2:392
.
[416]
Una mente corrupta puede sembrar más mala simiente en un
corto período de tiempo de lo que muchos pueden desarraigar en
toda una vida.—
Testimonies for the Church 2:403
.
[417]