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Conducción del Niño
En vista de la responsabilidad individual de las madres, cada mu-
jer debería desarrollar una mente equilibrada y un carácter puro, que
reflejen únicamente la verdad, el bien y la hermosura. La esposa y
madre puede unir a su esposo e hijos a su corazón mediante un amor
considerado, manifestado en palabras suaves y un comportamien-
to cortés, el cual, como regla, será copiado por sus hijos.—
Pacific
Health Journal, septiembre de 1890
.
Madre, ésta es su tarea sagrada
—Hermana mía, Cristo le ha
encomendado la obra sagrada de enseñar sus mandamientos a sus
hijos. A fin de capacitarse para esta obra, Ud. misma debe vivir en
obediencia a todos sus preceptos. Cultive el hábito de observar cui-
dadosamente cada palabra y acción. Cuide con mucha diligencia sus
palabras. Venza todo arranque temperamental; porque si manifiesta
impaciencia, ayudará al adversario a hacer que la vida del hogar sea
desagradable para sus hijos.—
Carta 47a, 1902
.
Trabajad en colaboración con la divinidad
—Madres, dejad
que vuestro corazón se abra para recibir la instrucción de Dios, re-
cordando siempre que debéis hacer vuestra parte de conformidad
con la voluntad de Dios. Debéis colocaros en la luz y buscar la
sabiduría de Dios, a fin de saber cómo obrar, para que reconozcáis
a Dios como el obrero principal, y comprendáis que vosotros sois
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colaboradoras juntamente con él. Que vuestro corazón se extienda
en la contemplación de las cosas celestiales. Ejercitad los talentos
que Dios os ha dado al cumplir los deberes confiados por Dios a vo-
sotras como madres, y trabajad en colaboración con los instrumentos
divinos, Trabajad inteligentemente, y, “si, pues, coméis o bebéis, o
hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”.—
The Signs
of the Times, 9 de abril de 1896
.
La madre debería someterse a sí misma y a sus hijos al cuidado
del compasivo Redentor. Debería procurar mejorar sus habilidades
ferviente, paciente, y animosamente, a fin de utilizar correctamente
las facultades más elevadas de la mente en la educación de sus hijos.
Su propósito más elevado debería ser dar, impartir a sus hijos una
educación que reciba la aprobación de Dios. Al realizar su obra de
manera inteligente, recibirá capacidad para hacer su parte.—
The
Signs of the Times, 3 de abril de 1901
.
La madre debería sentir su necesidad de la dirección del Espí-
ritu Santo, para que ella misma tenga una experiencia genuina al