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Conducción del Niño
samente y a colocarlo en su lugar. Si no podéis comprar ni siquiera
una cómoda barata, emplead cajones de madera, distribuyéndolos
en forma de estantería y cubriéndolos con alguna tela brillante y de
hermoso diseño. Esta obra de enseñar la limpieza y el orden requeri-
rá un tiempo cada día, pero pagará en el futuro de vuestros hijos, y
finalmente os ahorrará mucho tiempo y preocupaciones.—
Christian
Temperance and Bible Hygiene, 142
.
La propia habitación ha de mantenerse limpia y ordenada
Si los niños tienen una habitación para ellos, y si se les enseña a
mantenerla limpia y aseada y hacerla agradable, tendrán un sentido
de pertenencia: sentirán como si tuvieran un hogar propio dentro del
hogar, y tendrán una satisfacción en mantenerlo limpio y ordenado.
Es indispensable que la madre inspeccione su trabajo, haga suges-
tiones y dé instrucciones. Este es el trabajo de la madre.—
Christian
Temperance and Bible Hygiene, 143
.
Horas regulares de sueño
—¡Cuán difundido está el hábito de
convertir al día en noche y a la noche en día! Muchos jóvenes
duermen profundamente en la mañana, cuando deberian levantarse
con los primeros pájaros que cantan al amanecer, y estar activos
cuando toda la naturaleza está despierta.—
The Youth’s Instructor, 7
de septiembre de 1893
.
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Algunos jóvenes se oponen mucho al orden y la disciplina. No
respetan los reglamentos del hogar levantándose a una hora regular.
Se quedan en la cama horas después del amanecer, cuando todo
debería estar en actividad. Queman el aceite de la medianoche y
dependen de la luz artificial para suplir el lugar de la luz que la
naturaleza ha provisto en las horas laborables. Al hacerlo, no sólo
desperdician oportunidades preciosas, sino que causan gastos adi-
cionales. Pero en casi todos los casos se da esta disculpa: “No puedo
cumplir con mi trabajo; tengo algo que realizar; no puedo acostarme
temprano” . . . . Se interrumpen los preciosos hábitos de orden, y los
momentos desaprovechados en las horas tempranas, trastornan el
orden de las cosas durante todo el día.
Nuestro Dios es un Dios de orden; y el desea que sus hijos
quieran ordenar su vida y colocarse bajo su disciplina. ¿No sería
mejor, por lo tanto, interrumpir este hábito de convertir a la noche en
día, y las frescas horas de la mañana en noche? Si los jóvenes forman