Página 116 - Cristo Nuestro Salvador (1976)

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Cristo Nuestro Salvador
“Cosas que ojo no vió, ni oído oyó, y que jamás entraron en
pensamiento humano-las cosas grandes que ha preparado Dios para
los que le aman.”
1 Corintios 2:9
.
No hay lenguaje humano que pueda describir a la perfección
la recompensa de los justos. Esta no ha de ser conocida sino de
aquellos que la contemplarán. No podemos comprender la gloria del
Paraíso de Dios.
No obstante ya ahora podemos vislumbrarla, pues “a nosotros
nos las ha revelado Dios por medio de su Espíritu.”
1 Corintios 2:10
.
Preciosas para nuestros corazones son las descripciones que de esta
tierra nueva nos da la Biblia.
Allí el Pastor celestial guía su rebaño por corrientes de aguas
vivas. El árbol de la vida da su fruto cada mes, y las hojas del árbol
son para sanidad de las naciones.
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Hay allí ríos de corriente eterna, claros como el cristal, y jun-
to a ellos árboles frondosos esparcen su sombra sobre las sendas
preparadas para los redimidos del Señor. Allí las dilatadas llanuras
se adornan con bellos collados y las montañas de Dios alzan sus
cumbres. En aquellos llanos apacibles, junto a aquellas corrientes
de aguas vivas, el pueblo de Dios, por tanto tiempo peregrino y
advenedizo, encontrará morada.
“Mi pueblo habitará en mansión de paz, en moradas seguras,
en descansaderos tranquilos.” “No se oirá más la violencia en tu
tierra, la desolación ni la destrucción dentro de tus términos; sino
que llamarás a tus muros Salvación, y a tus puertas Alabanza.”
Isaías
32:18
;
60:18
.
“Edificarán casas también, y habitarán en ellas; plantarán viñas,
y comerán su fruto. No edificarán más para que otro habite, ni
plantarán para que otro coma; ...mis escogidos agotarán el usufructo
de la obra de sus manos.”
Isaías 65:21, 22
.
“Empero se alegrarán el desierto y el sequedal, y el yermo se
regocijará y florecerá como la rosa.” “En vez del espino subirá el
abeto, y en lugar de la zarza subirá el arrayán.”
Isaías 35:1
;
55:13
.
“Habitará el lobo con el cordero, y el leopardo sesteará junto con
el cabrito; ...y un niñito los conducirá.” “No dañarán ni destruirán
en todo mi santo monte,” dice el Señor.
Isaías 11:6, 9
.
Allí no habrá más lágrimas, ni cortejos fúnebres, ni símbolos de
duelo. “La muerte no será más; ni habrá más gemido, ni clamor, ni