Página 12 - Cristo Nuestro Salvador (1976)

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Jesús presentado en el templo
José y María eran judíos, y seguían las costumbres de su nación.
Cuando Jesús tuvo seis semanas, le llevaron al templo de Jerusalén
para presentarle al Señor.
Eso estaba en armonía con la ley que Dios había dado a Israel,
y Jesús debía ser obediente en todas las cosas. Por tanto, el Hijo de
Dios mismo, el Príncipe del cielo, nos enseña por su ejemplo que
debemos obedecer.
Sólo el primogénito de cada familia era presentado así en el
templo. Esta ceremonia se hacía para conmemorar un suceso de
tiempos muy remotos.
Cuando los israelitas eran esclavos en Egipto, el Señor envió
a Moisés para libertarlos. Lo mandó a Faraón, rey de Egipto, para
decirle:
“Así dice Jehová: Israel es mi hijo, mi primogénito; y ya te he
dicho: Deja ir a mi hijo para que me sirva; y tú rehusas dejarle ir: he
aquí que voy a matar a tu hijo, tu primogénito.”
Éxodo 4:22, 23
.
Moisés llevó este mensaje al rey, mas Faraón le respondió:
“¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? No
conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel.”
Éxodo 5:2
.
Entonces Dios mandó terribles plagas sobre los egipcios. La
última de éstas fué la muerte del primogénito de cada familia, desde
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la del rey hasta la del más humilde de aquella tierra.
El Señor dijo a Moisés que cada familia de los israelitas debía
matar un cordero y pintar con la sangre una señal sobre los postes
de las puertas de sus casas. Esta señal iba a servir de indicación al
ángel de la muerte para que pasara por alto todas las casas de los
israelitas y destruyera sólo a los soberbios y crueles egipcios.
Esta sangre de la “pascua” representaba para los judíos la sangre
de Cristo, pues a su debido tiempo Dios daría a su Hijo amado para
ser sacrificado como lo era el cordero pascual, para que todos los
que en él creyeran fuesen librados de la muerte eterna. Cristo es
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