Página 43 - Cristo Nuestro Salvador (1976)

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La observancia del sábado
El Salvador guardaba el sábado, y enseñó a sus discípulos que lo
guardaran. Sabía de qué manera debía ser observado, pues él mismo
lo había santificado.
La Sagrada Escritura dice: “Acordarte has del día del sábado,
para santificarlo.” “El séptimo día será Sábado a Jehová tu Dios.”
“Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, la mar y todas
las cosas que en ellos hay; y en el día séptimo reposó: por tanto
Jehová bendijo el día del Sábado, y lo santificó.”
Éxodo 20:8, 10,
11
;
31:16, 17
, Versión Valera de la S. B. A.
Cristo obró con su Padre en la creación de la tierra, y fué él quien
hizo el sábado, pues las Santas Escrituras dicen que “todas las cosas
por medio de él fueron hechas.”
Juan 1:3
.
Cuando miramos el sol y las estrellas, los árboles y las hermosas
flores, debemos recordar que fué Cristo quien hizo todo esto. El hizo
el sábado para ayudarnos a rememorar su amor y su poder.
Los doctores de los judíos habían establecido muchas reglas
respecto a la manera de observar el sábado, y querían que todos
obedecieran sus mandamientos. Así que acechaban al Salvador para
ver lo que él haría.
Un sábado, mientras regresaba de la sinagoga, Cristo y sus discí-
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pulos pasaban por un campo de trigo. Como era tarde y los discípulos
tenían hambre, arrancaron algunas espigas, las restregaron entre sus
manos y se pusieron a comer los granos.
En cualquier otro día, a toda persona que pasaba por un sembrado
o huerto le era permitido tomar lo que quería comer. Pero no era así
en día sábado. Los enemigos de Cristo vieron lo que los discípulos
estaban haciendo, y dijeron al Salvador:
“¡Mira, tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el sába-
do!”
Mateo 12:2
.
Pero Jesús los defendió. Recordó a sus acusadores el caso de
David, quien, teniendo necesidad, comió del pan sagrado del taber-
náculo y diólo también a sus compañeros hambrientos.
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