Página 166 - Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabatica (1992)

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Dádivas continuas y un dador constante
Si todos los que pretenden ser hijos e hijas de Dios, cumplieran
concienzudamente con su obligación hacia Dios y sus semejantes en
materia de diezmos y ofrendas, una abundancia de recursos afluiría
a la tesorería para sostener la obra de Dios en sus diferentes ramos
por todo nuestro mundo. Mientras ellos impartieran de sus dones, el
Señor abriría caminos por los cuales podrían seguir dando continua-
mente ya que están recibiendo continuamente. No habria entonces
necesidad de hacer pedidos de recursos para sostener la causa. Si el
principio de dar al Señor lo que le pertenece fuera realizado regular
y sistemáticamente, ello sería reconocido por Dios. “Yo honraré a
los que me honran.”—
The Review and Herald, 16 de mayo de 1893
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