Página 121 - Consejos para la Iglesia (1991)

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En el mundo pero no del mundo
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un trasunto de sus principios. La firme integridad resplandece como
el oro entre la escoria y la basura del mundo. Se puede pasar por
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alto y ocultar a los ojos de los hombres el engaño, la mentira y la
infidelidad, pero no a los ojos de Dios. Los ángeles del Señor, que
vigilan el desarrollo de nuestro carácter y pesan nuestro valor moral,
registran en los libros del cielo estas transacciones menores que re-
velan el carácter. Si un obrero es infiel en las vocaciones diarias de la
vida, y descuida su trabajo, el mundo no lo juzgará incorrectamente
si estima su norma religiosa de acuerdo con su norma comercial.
El creer en la próxima venida del Hijo del hombre en las nubes de
los cielos no inducirá a los verdaderos cristianos a ser descuidados
y negligentes en los asuntos comunes de la vida. Los que aguardan
la pronta aparición de Cristo no estarán ociosos. Por lo contrario,
serán diligentes en sus asuntos. No trabajarán con negligencia y
falta de honradez sino con fidelidad, presteza y esmero. Los que se
lisonjean de que el descuido y la negligencia en las cosas de esta vida
son evidencia de su espiritualidad y de su separación del mundo,
incurren en un gran error. Su veracidad, fidelidad e integridad se
prueban mediante las cosas temporales. Si son fieles en lo poco, lo
serán en lo mucho.
Se me mostró que es en esto donde muchos no soportan la
prueba. Desarrollan su verdadero carácter en el manejo de las preo-
cupaciones temporales. Son infieles, maquinadores y deshonestos en
su trato con sus semejantes. No consideran que su derecho a la vida
futura e inmortal depende de cómo se conducen en los asuntos de
la presente, y que la más estricta integridad es indispensable para la
formación de un carácter justo. En todas nuestras filas se práctica la
falta de honradez; y ésta es la causa de la tibieza que notamos en mu-
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chos de los que profesan creer la verdad. Estos no están relacionados
con Cristo y están engañando sus propias almas. Me duele declarar
que hay una alarmante falta de honradez aun entre los observadores
del sábado
Relaciones comerciales con el mundo
Algunos no tienen tacto para manejar prudentemente los asun-
tos mundanales. Carecen de las cualidades necesarias, y Satanás
de aprovecha de ellos. Cuando así sucede, los tales no deben per-