Página 124 - Consejos para la Iglesia (1991)

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Consejos para la Iglesia
plio, de valor infinitamente mayor. Desde este punto de vista, cada
tema adquiere nuevo significado. En las verdades más sencillamente
enunciadas se encierran principios tan altos como el cielo, y que
abarcan la eternidad
Cada día debéis aprender algo nuevo de las Escrituras. Escu-
driñadlas como si buscarais tesoros ocultos, porque contienen las
palabras de vida eterna. Orad por sabiduría y entendimiento para
comprender estos escritos sagrados. Si lo hacéis, hallaréis nuevas
glorias en la Palabra de Dios; sentiréis que habréis recibido luz
nueva y preciosa sobre asuntos relacionados con la verdad, y las
Escrituras recibirán constantemente nuevo valor en vuestra estima
Las verdades de la Biblia así recibidas elevarán la mente de su
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mundanalidad y degradación. Si la Palabra de Dios fuera apreciada
como debiera serlo, tanto los jóvenes como los mayores poseerían
una rectitud interior, una fortaleza de principios que los capacitaría
para resistir la tentación
Estudiadla diligente y sistemáticamente
Padres, si queréis educar a vuestros hijos para que sirvan a Dios
y hagan bien en el mundo, haced de la Biblia vuestro libro de texto.
Ella expone los engaños de Satanás. Es el gran elevador de la raza
humana, el agente que reprocha y corrige los males morales, el
detector que nos capacita para distinguir entre lo verdadero y lo
falso. No importa que otra cosa se enseñe en el hogar o en la escuela,
la Biblia como el gran educador debiera estar primero. Si se le da este
lugar, Dios es honrado, y obrará para vosotros en la conversión de
vuestros hijos. Hay una rica mina de verdad y belleza en este santo
Libro y los padres tienen de qué acusarse si no lo hacen intensamente
interesante para sus hijos
“Escrito está” fue la única arma que Cristo empleó cuando el
tentador se presentó con sus engaños. La enseñanza de la verdad
bíblica es la obra grande e importante de que debiera ocuparse cada
padre. Con una agradable y feliz disposición mental, presentad la
verdad como es pronunciada por Dios delante de los hijos. Como
padres y madres, podéis ser lecciones objetivas para los hijos en la
vida diaria al practicar la paciencia, la bondad y el amor, atrayéndolos
a vosotros. No permitáis que hagan lo que les plazca, sino mostradles