Página 235 - Consejos para la Iglesia (1991)

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La elección del material de lectura
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niños y jóvenes. He observado a los que han desarrollado un gusto
por los relatos ficticios. Tuvieron el privilegio de escuchar la verdad
y familiarizarse con las razones de nuestra fe; pero han llegado a los
años maduros privados de piedad verdadera y práctica.
Los lectores de cuentos frívolos y excitantes se incapacitan para
los deberes de la vida práctica. Viven en un mundo irreal. He obser-
vado a niños a quienes se había permitido hacer una práctica de la
lectura de tales historias. En su casa o fuera de ella, estaban agitados,
sumidos en ensueños y no eran capaces de conversar sino sobre los
asuntos más comunes. Las conversaciones y el pensamiento religio-
sos eran completamente ajenos a su mente. Al cultivar el apetito por
las historias sensacionales, se pervirtió el gusto mental, y la mente
no queda satisfecha a menos que se la alimente con este alimento
malsano. No puedo pensar en un nombre más adecuado para los que
se dedican a tales lecturas que el de ebrios mentales. Los hábitos
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intemperantes en la lectura tienen sobre el cerebro el mismo efecto
que los hábitos intemperantes en el comer y beber tienen sobre el
cuerpo
Antes de aceptar la verdad presente, algunos tenían la costumbre
de leer novelas. Al relacionarse con la iglesia, hicieron un esfuerzo
para vencer esta costumbre. Colocar delante de estos nuevos miem-
bros de la iglesia lecturas parecidas a las que abandonaron es como
ofrecer un vaso de alcohol a un esclavo de la bebida. Al ceder a las
tentaciones que se les presentan constantemente, no tardan en perder
el gusto por las buenas lecturas; no tienen ya interés en el estudio
de la Biblia; su fuerza moral se debilita; el pecado les parece cada
vez menos repugnante. Manifiestan una incredulidad creciente y un
desagrado siempre mayor por los deberes prácticos de la vida. A
medida que la mente se pervierte, se vuelve más dispuesta a leer lo
sentimental. Así queda abierta la puerta del alma para que Satanás
entre y pueda dominarla por completo
El libro de los libros
La naturaleza de la experiencia religiosa de una persona se revela
por el carácter de los libros que escoge para leer en los momentos de-
socupados. Para tener un estado mental sano y principios religiosos
firmes, los jóvenes deben vivir en comunión con Dios mediante su