Página 234 - Consejos para la Iglesia (1991)

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Consejos para la Iglesia
el hábito de leer en forma apresurada y superficial, y la mente pier-
de la facultad de elaborar pensamientos vigorosos y coordinados.
Además, gran parte de los periódicos y libros que, como las ranas
de Egipto, se esparcen por toda la tierra, no son solamente vulgares,
inútiles y debilitantes, intoxicando y arruinando la mente, sino que
corrompen y destruyen el alma
En la educación de niños y jóvenes, los cuentos de fantasía, los
mitos y las novelas de ficción ocupan un lugar muy grande. Se hace
uso en las escuelas de libros de semejante carácter, y se encuentran
en muchos hogares. ¿Cómo pueden permitir los padres cristianos
que sus hijos se nutran de libros tan llenos de falsedades? Cuando
los niños preguntan el significado de cuentos tan contrarios a la
enseñanza de sus padres, se les contesta que dichos cuentos no son
verdad; pero esta contestación no acaba como los malos resultados
de tal lectura. Las ideas presentadas en estos libros extravían a los
niños, les dan falsas ideas de la vida, y fomentan en ellos el deseo
de lo que es vano e ilusorio.
Jamás deberían ponerse en las manos de los niños y jóvenes
libros que perviertan la verdad. No hay que consentir en que nuestros
hijos, en el curso de su educación, reciban ideas que resulten ser
semilla de pecado
Otra fuente de peligro contra la cual debemos precavernos cons-
tantemente es la lectura de autores incrédulos. Sus obras están inspi-
radas por el enemigo de la verdad y nadie puede leerlas sin poner en
peligro su alma. Es verdad que algunos afectados por ellas pueden
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recobrarse finalmente; pero todos los que se someten a su mala
influencia se colocan sobre el terreno de Satanás y él saca el mejor
partido de su ventaja. Al invitar ellos a sus tentaciones, no tienen
sabiduría para discernirlas ni fuerza para resistirlas. Con poder fas-
cinante y hechizador, la incredulidad y la infidelidad se aferran a la
mente
Peligro de leer relatos excitantes
¿Qué deben leer nuestros hijos? Esta es una pregunta seria, una
pregunta que requiere una respuesta seria. Me acongoja el ver en las
familias observadoras del sábado, periódicos y diarios que contienen
folletines que no dejan buenas impresiones en las mentes de los