Página 249 - Consejos para la Iglesia (1991)

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Consejos con respecto a la vestimenta
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Pedro 3:3-5
): “Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostento-
sos, de adornos de oro, o de vestidos lujosos, sino el interno, el del
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corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible,
que es de grande estima delante de Dios. Porque así también se
ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres”.
Muchas consideran que esas órdenes son demasiado anticuadas
para que se les preste atención, pero el que las dio a sus discípulos
comprendía los peligros que entrañaría en nuestro tiempo el amor al
vestido, y nos envió la consiguiente amonestación. ¿Le prestaremos
atención y seremos sabios?
Los que realmente tratan de seguir a Cristo tendrán concienzudos
escrúpulos en cuanto a la ropa que usan; se esforzarán por satisfacer
los requisitos de esa orden tan claramente dada por el Señor.
1 Pedro
3:3-5
La abnegación en el vestir es parte de nuestro deber cristiano.
El vestir sencillamente y abstenerse de ostentar joyas y adornos de
toda clase está de acuerdo con nuestra fe
Muchos necesitan instrucción en cuanto a cómo deben presen-
tarse en la asamblea para adorar en sábado. No han de entrar en la
presencia de Dios con las ropas que llevan comúnmente durante la
semana. Todos deben tener un traje especial para el sábado, para lle-
varlo cuando asisten al culto en la casa de Dios. Aunque no debemos
conformarnos a las modas mundanales, no debemos ser indiferentes
acerca de nuestra apariencia exterior. Debemos ser aseados y estar
bien arreglados, aunque sin adornos. Los hijos de Dios deben ser
limpios en su interior y exterior
Especialmente las esposas de nuestros ministros deben tener
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cuidado de no apartarse de las claras enseñanzas de la Biblia con
respecto al vestir. Muchas consideran que esas órdenes son dema-
siado anticuadas para que se les preste atención, pero el que las dio
a sus discípulos comprendía los peligros que entrañaría en nuestro
tiempo el amor al vestido, y nos envió la consiguiente amonestación.
¿Le prestaremos atención y seremos sabios? La extravagancia en el
vestir aumenta constantemente. Y no se ha llegado aún al fin. La
moda cambia a cada momento y nuestras hermanas la siguen, sin
reparar en el gasto de tiempo y dinero. Se gastan en vestidos muchos
recursos que debieran ser devueltos a Dios, el Dador de ellos