Página 275 - Consejos para la Iglesia (1991)

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La disciplina y la educación apropiada de nuestros hijos
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sobre la vida de sus hijos. Si ella se relaciona por la fe con el Hijo
de Dios, su tierna mano puede substraer a su hijo del poder de la
tentación, e impedir que su hija participe en el pecado, Cuando la
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pasión guerrea para predominar, el poder del amor, la influencia
resuelta, fervorosa y refrenadora que ejerce la madre puede inclinar
el alma hacia lo recto
Después de haber cumplido fielmente con vuestro deber para
vuestros hijos, llevadlos a Dios y pedidle que os ayude. Decidle que
habéis hecho vuestra parte y luego con fe pedid a Dios que haga su
parte, lo que no podéis hacer. Pedidle que morigere su carácter, que
los haga suaves y corteses mediante su Espíritu Santo. Oirá vuestra
oración. Con amor responderá a vuestras oraciones. Mediante su
Palabra os ordena corregir a vuestros hijos: “Castiga a tu hijo en
tanto hay esperanza”, y la Palabra de Dios ha de ser obedecida en
estas cosas
Enseñad respeto y cortesía
Dios ha mandado especialmente que se manifieste tierno respeto
hacia los ancianos. “Corona de honra es la vejez que se halla en
el camino de justicia”.
Proverbios 16:31
. Habla de batallas que se
libraron y victorias que se ganaron; de responsabilidades que se asu-
mieron y de tentaciones que se resistieron. Habla de pies cansados
que se acercan al descanso, de puestos que pronto quedarán vacantes.
Ayúdese a los niños a pensar en esto, y entonces allanarán el camino
de los ancianos mediante su cortesía y su respeto, y añadirán gracia
y belleza a sus jóvenes vidas si prestan atención a este mandato:
“Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano”.
Levítico 19:32
También la cortesía es una de las gracias del Espíritu, y debe
ser cultivada por todos. Tiene el poder de subyugar las naturalezas
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que sin ella se endurecerían. Los que profesan seguir a Cristo, y son
al mismo tiempo toscos, duros y descorteses, no han aprendido de
Jesús. Tal vez no se pueda dudar de su sinceridad ni de su integridad,
pero la sinceridad e integridad no expiarán la falta de bondad y
cortesía
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