La educación cristiana
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atraer la sangre al cerebro y desequilibra su circulación a través del
organismo. El cerebro tiene demasiada sangre y ésta falta en las
extremidades. Debe haber reglas para regir y limitar los estudios
de los niños y los jóvenes a ciertas horas, y luego una parte de su
tiempo tiene que dedicarse a la labor física. Si sus hábitos de comer,
vestir y dormir están de acuerdo con la ley natural, pueden educarse
sin sacrificar la salud física y mental
La dignidad del trabajo
Se debiera inducir a los jóvenes a apreciar la verdadera dignidad
del trabajo. Muéstreseles que Dios obra constantemente. Todas las
cosas de la naturaleza cumplen la tarea que se les ha asignado. Se ve
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actividad en toda la creación y, para cumplir nuestra misión, nosotros
también debemos ser activos
El trabajo físico que se combina con el esfuerzo mental con el fin
de ser útil, es una disciplina en la vida práctica, dulcificada siempre
por el pensamiento de que está habilitando y educando la mente y el
cuerpo para hacer mejor la obra que Dios se propuso que hiciesen
los hombres en ramos diversos
Ninguno de nosotros debe avergonzarse de su trabajo, por hu-
milde y servil que parezca, pues es ennoblecedor. Todos los que
trabajan, ya sea con la mente o con las manos, cumplen con su de-
ber y honran su religión, tanto mientras lavan la ropa o los platos
como cuando van a la reunión. Mientras las manos se dedican al
trabajo más común, la mente puede ser elevada y ennoblecida por
pensamientos puros y santos
Una poderosa razón para menospreciar el trabajo físico es la
forma descuidada e irreflexiva con que tan a menudo se lo realiza.
Se lo hace por necesidad y no por gusto. El trabajador no pone su
corazón en él; tampoco conserva su dignidad ni logra que los demás
lo respeten. La educación manual debería corregir este error. Debería
desarrollar hábitos de exactitud y prolijidad. Los alumnos deberían
aprender a tener tacto y a ser sistemáticos; deberían aprender a eco-
nomizar el tiempo y a sacar provecho de cada movimiento. No sólo
se les debería enseñar los mejores métodos, sino que se les debería
inspirar a los alumnos la ambición de mejorar constantemente. Su