Página 334 - Consejos para la Iglesia (1991)

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Capítulo 44—La organización de la iglesia
Alguien debe cumplir la comisión de Cristo; alguien debe conti-
nuar la obra que él comenzó a hacer en la tierra; y ese privilegio se
le ha dado a la iglesia. Fue organizada para este propósito
Los pastores deben amar el orden, y deben disciplinarse a sí
mismos, y entonces podrán disciplinar con éxito a la iglesia de Dios,
para enseñarle a trabajar en forma armoniosa, como una compañía de
soldados bien ejercitados. Si la disciplina y el orden son necesarios
para el éxito en el campo de batalla, tanto más necesarios son en
la guerra en la cual estamos empeñados, cuanto el objetivo que ha
de ser ganado es de mayor valor y de más elevado carácter que el
objetivo por el cual las fuerzas opositoras contienden en el campo
de batalla. En el conflicto en el cual estamos empeñados se hallan
en juego intereses eternos
Los ángeles trabajan en forma armoniosa. Un orden perfecto
caracteriza todos sus movimientos. Cuanto más de cerca imitemos
la armonía y el orden de la hueste angelical, más éxito tendrán los
esfuerzos de estos agentes celestiales en nuestro favor. Los que
tienen la unción de lo alto estimularán el orden, la disciplina y la
unidad de acción y entonces los ángeles de Dios podrán cooperar con
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ellos. Pero nunca, nunca estos mensajeros celestiales respaldarán la
irregularidad, la desorganización y el desorden. Todos estos males
son el resultado de los esfuerzos de Satanás para debilitar nuestras
fuerzas, para destruir nuestro valor, y para impedir el éxito de la
acción.
Satanás sabe bien que el éxito puede acompañar únicamente
al orden y la acción armoniosa. Bien sabe que todo lo que está
relacionado con el cielo está en perfecto orden, que la sujeción y
la disciplina señalan los movimientos de la hueste angelical. Es
su firme propósito apartar a los profesos cristianos tanto como sea
posible del orden del cielo; por lo tanto, engaña aun a los que pro-
fesan ser hijos de Dios y les hace creer que el orden y la disciplina
son enemigos de la espiritualidad, que la única seguridad para ellos
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