Página 422 - Consejos para la Iglesia (1991)

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Consejos para la Iglesia
La obra pionera del evangelio
Si hemos de contribuir a la elevación de las normas morales
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de cualquier país donde se nos pida servir, debemos comenzar por
corregir los hábitos físicos de la gente
La obra médico-misionera le trae a la humanidad el evange-
lio que la alivia de sus sufrimientos. Esta es la primera obra del
evangelio. Es el evangelio practicado, la compasión de Cristo re-
velada. Hay gran necesidad de esta obra, y el mundo está abierto a
ella. Permita Dios que sea comprendida la importancia de la obra
médico-misionera y que inmediatamente entre en nuevos campos
Entonces, la obra del ministerio será de acuerdo a la orden del
Señor; los enfermos serán curados, y la pobre y sufriente humanidad
será bendecida
Se van a encontrar con muchos prejuicios, una gran cantidad de
celo falso y de piedad espuria; pero tanto en los campos nacionales
como extranjeros descubrirán que Dios ha estado preparando a más
corazones de los que pueden imaginar, para recibir la semilla de
la verdad, y cuando les sea presentada, ellos darán gozosamente la
bienvenida al mensaje divino
La obra médico-misionera nunca me ha sido presentada de nin-
guna otra manera sino como teniendo la misma relación con la obra
como un todo como la que tiene el brazo con el cuerpo. El ministerio
evangélico es una organización para la proclamación de la verdad y
para promover la obra en favor de los enfermos y los sanos. La obra
del ministerio evangélico es el cuerpo; la obra médico-misionera es
el brazo, y Cristo es la Cabeza que está sobre todo. Así me ha sido
presentado este asunto a mí.
Empiecen a hacer obra médico-misionera con los recursos que
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tengan a mano. Hallarán que así se abrirá el camino para dar estudios
bíblicos. El Padre celestial os pondrá en relación con aquellos que
necesitan saber cómo tratar a sus enfermos. Poned en práctica lo
que conocéis en cuanto al tratamiento de las enfermedades. Así se
aliviará el sufrimiento y tendréis la oportunidad de compartir el pan
de vida con las almas hambrientas