Página 421 - Consejos para la Iglesia (1991)

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La obra médica
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predicar el Evangelio y revelar su amor por las almas perdidas que
perecen. Al manifestar un interés altruista por los menesterosos ofre-
cerán una demostración práctica de la verdad del Evangelio. Esta
obra requiere muchísimo más que la mera predicación de sermones.
La obra que Dios ha dado a los que avanzan en su nombre es la
evangelización del mundo. Se deben hacer colaboradores con Cristo,
y revelar su amor tierno y compadecido a los que están por pere-
cer. Dios llama a miles de personas para trabajar por él, no en la
predicación de la verdad para este tiempo a los que ya le conocen,
sino en la amonestación de los que nunca han escuchado el último
mensaje de misericordia. Trabajen con el corazón lleno de un deseo
ferviente por alcanzar a las almas. Hagan obra médica misionera. De
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ese modo hallarán entrada en los corazones de la gente, y prepararán
el camino para una proclamación más decidida de la verdad
Deben establecerse instituciones
Hay muchos lugares que necesitan el trabajo médico misionero
y donde se deberían establecer clínicas pequeñas. Dios desea que
nuestros sanatorios constituyan un medio para alcanzar a las clases
altas y bajas, a los ricos y los pobres. Deben ser administrados de tal
manera que mediante su trabajo llamen la atención al mensaje que
Dios ha enviado al mundo
Debe combinarse el ministerio a lo físico y a lo espiritual, lle-
vando a los dolientes a confiar en el poder del Médico celestial.
Aquellos que, mientras dan los tratamientos apropiados también
oran por la gracia curativa de Cristo, inspirarán fe en la mente de
los pacientes. Su propia conducta será una inspiración para aquellos
que creen que sus casos son desesperados.
Para esto fueron establecidos nuestros sanatorios—para dar áni-
mo a los desesperanzados, al unir la oración de fe con el tratamiento
apropiado, y al dar instrucción sobre el correcto modo de vida físico
y espiritual. Muchos se convertirán por medio de un ministerio así.
Los médicos de nuestros sanatorios deben presentar el claro mensaje
evangélico de la curación del alma